Revista Diario

Cómo despedirse en vida

Por Desmadreando @desmadreando

No soy buena haciendo tutoriales, no soy buena cosiendo ni mucho menos dibujando. No soy buena escuchando porque las emociones se me agolpan y me quitan la respiración. No soy buena disimulando, no soy buena callando ni tampoco hablando…así que sólo me queda un camino: intentar ser buena escribiendo…desdibujando tinta tecleada, escuchando el sonido de las letras mientras las dibujo y mientras se ordenan las ideas en mi cabeza y el corazón se sosiega.

Amiga mía me gustaría estar cerca. Me gustaría llorar contigo en silencio. Abrazar tu alma. Decirte que todo va estar bien.

No es así.

Hoy tu mensaje me dejo sin palabras, sin aliento y sin ganas. Me resucitó el momento en que, recién llegada de un vuelo de 10 horas y un jet lag del carajo, desperté a las seis de la mañana al grito de mi madre- y no era para ir a la escuela- era para ayudarle porque mi padre estaba tirado en el suelo.

La imagen de la ambulancia, de urgencias, de saber que habían pasado dos años y que esta vez el cáncer ganaría deambula todavía en la memoria de mis recuerdos.

No olvidaré todo ese mes en el hospital aferrándome a la esperanza como si fuera un clavo ardiendo, pero al ver sus ojos sabía que a cada segundo, a cada parpadeo, mi padre se despedía de mi…

No olvidaré que pude compartir con él mi primer triunfo labora ¡que me hicieran Directora! (aunque nunca entendió mi trabajo pues qué era eso de ser Directora de Cuentas). Sin embargo, se alegró diciéndome que ser capitana de un equipo de fútbol es importante porque demuestra el gran trabajo de saber liderear. Nunca jugué fútbol, pero él supo que logré ser capitana. Él pudo llevarme de la mano al altar, él pudo luchar dos años para enseñarme que la vida vale la pena hasta el último minuto.

Le escribí muchas cartas a mi padre, muchos correos…le cogí sus manos pachoncitas una y otra vez y solía sentarme en su regazo para calmar mi alma mientras él acariciaba mi pelo.

adios

No sé como decírtelo, porque me gana la tristeza, no sé como aconsejarte ni sé bien a bien cómo se hace esto, amiga mía; sólo te lo escribo algo que yo intenté hacer: despídete en vida porque sólo así, diciendo hasta la última palabra “la muerte no tendrá el último silencio…Hay que decir también el silencio“.

Estoy contigo amiga.

Aunque lejos, unidas por éste blogger-espacio…

Te quiero.

 


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