Cuando pensamos en las matemáticas es muy probable que imaginemos números y signos en hojas.
Quizá piensas en algo muy difícil.
¿Conoces a alguien que haya elegido la carrera que estudió a partir de la cantidad de matemáticas que había en ella? (o mejor dicho porque no había matemáticas)
Este rechazo se debe principalmente a que desde chiquitos nos las enseñan de forma aburrida poco entretenida.
Afortunadamente ahora existen muchas opciones para despertar el interés por las matemáticas y hacerlas fáciles de entender, accesibles, reales y palpables.
Al entenderlas de manera vivencial podemos integrarlas y utilizarlas de forma contextualizada y en varios ámbitos de nuestra vida.
¿Cómo hacemos si nosotros como padres hemos sido enseñados a partir de un modelo tradicional y queremos enseñar a nuestro hijo de forma vivencial?
Las llevaremos a la vida diaria.
Pensemos un momento ¿Qué es lo que le gusta más hacer a los niños? Jugar.
Cuando juegan ¿Qué hacen? Tocan, construyen, modifican, derrumban, re construyen y aprenden.
¡Sí! así se construye el aprendizaje.
Estas actividades implican el uso de los sentidos, auditivo, visual y táctil, formando redes neuronales que se interconectan formando conceptos que dan sentido a aprendizajes más complejos.
Cuando un niño ha tenido la oportunidad de jugar con materiales que le permiten estas experiencias al presentarle los conceptos en papel de forma más abstracta se remontan a esos orígenes.
=Lectura relacionada Actividades multisensoriales para aprender el abc=
De esta forma los aprendizajes se vuelven más fáciles de comprender, ya que están interiorizados a partir de experiencias reales.
Al ser más fáciles de comprender, el rechazo generalizado hacia las matemáticas tiende a disminuir.
Si las matemáticas se vuelven una actividad entretenida, accesible y real, podemos tener un mejor desempeño académico, menor deserción escolar y mayor motivación por el estudio.
Podemos utilizar diversos materiales de acuerdo a la edad del niño, algunos están enfocados a pequeños de preescolar, otros a enseñar volumen, cálculos o multiplicaciones.
Para lograr este objetivo, podemos utilizar juegos que nos ayuden a familiarizarnos con conceptos, uso y aplicación práctica de las matemáticas.
Hagamos las matemáticas divertidas con juegos
Con los juegos practicamos de manera divertida las habilidades matemáticas y de estrategia. Al estar jugando y utilizando estas habilidades, los niños descubren que pueden hacerlo, por tanto, disminuye la ansiedad que esta podría generar.
Para identificar un juego que nos sirva para desarrollar este objetivo, nos fijaremos en que tenga:
- Reglas y estructura por seguir
- Que se tenga que conseguir un objetivo, por ejemplo, llegar a la meta.
- Llevar puntaje, competencia, estrategia, conteo (de dinero, casillas, etc.)
Al jugar, los niños además de divertirse crearan estrategias con las cuales resolverán problemas, tomaran decisiones, planearán y evaluarán.
A diferencia de las actividades escolares en las que se busca una destreza (no presenta reglas, meta, competencia, estrategia o diálogo)
¿Qué juegos puedo jugar?
- Juegos clásicos como: bingo numérico, serpientes y escaleras o dominó.
Estos ayudan al conteo de series numéricas (ascendentes o descendentes), identificación de cantidades, lógica y establecer relaciones espaciales. Favorecen la identificación de patrones y correspondencia numérica.
- Juego de cartas Uno. ayuda a contar, identificar números y secuencias, aplicar estrategias numéricas y tolerancia a la frustración.
- Monopoly o turista mundial.
El uso del dinero. Pagar, dar cambio y avanzar casillas por conteo, ayuda a desarrollar operaciones básicas mentales.
- Regletas de Cuisenaire.
Excelente material para aprender jugando (desde clasificación hasta multiplicaciones a través de la manipulación) por su “sencillez” las regletas permiten que se puedan utilizar con aquellos que están descubriendo los agrupamientos, la clasificación, el concepto de número hasta fracciones, multiplicaciones y divisiones, logrando que con un solo material tengamos la posibilidad de trabajar muchos años siguiendo una misma línea de aprendizaje.
=Recurso recomendado: Aprendiendo con las Regletas de Cuisenaire ebook=
Al realizar actividades como estas los padres y los niños aprenden de manera paralela, ambas partes descubren las posibilidades del material, pero también, de que las matemáticas no son tan difíciles de explicar cómo a veces pensamos.
Los beneficios de jugar:
- Los niños descubren que las matemáticas pueden aplicarse a cosas reales y la vida cotidiana.
- Al jugar, tienen la oportunidad de emplear sus competencias, de pensar autónomamente para solucionar problemas, tienen oportunidad de ver como otro resuelve y realiza sus propias estrategias.
- El niño crea sus propias estrategias, implementa ideas creativas, puede equivocarse y volverlo a intentar sin el sentimiento de evaluación.
- Descubre sus habilidades y destrezas, favoreciendo el autoconcepto.
=Lectura recomendadada: 10 beneficios de los juegos de mesa=
A lo largo de esta lectura hemos podido ver cómo integrar a la vida diaria actividades matemáticas con juegos que solemos tener en casa o bien que son de fácil acceso.
Juguemos con nuestros hijos, busquemos momentos de interacción valiosa, descubramos juntos habilidades, competencias y reconozcamos frente a ellos todas estas cosas.
Gracias por ser parte de mimamadice,
NOTA: Algunas partes de este post forman parte de uno que escribí para el blog Criando Creando llamado Reinventando las matemáticas.