Una de las grandes preocupaciones para algunas madres lactantes es el tema del destete. A veces nos entregamos a la idea de que se produzca un destete natural guiado por el niño, buscando que sea él quien, a su ritmo, vaya reduciendo la cantidad de tomas diarias hasta destetarse por completo. Aunque a veces cueste imaginarlo, ese momento llega, ninguno mamará eternamente.
En tanto la lactancia siga siendo placentera para la madre y el niño, no dudamos de que esta es la mejor opción. Pero otras veces, sentimos la necesidad de inducir el destete. Por eso, para comenzar a pensar en este tema, el primer paso sería preguntarnos por qué queremos destetar a nuestro hijo.
Deseo materno de destetar
En los casos de lactancia prolongada, la idea del destete suele estar relacionada con que ya no nos sentimos cómodas amamantando, con que nos pesa, con que no lo disfrutamos como antes, con que sentimos con todo nuestro cuerpo que es nuestro momento de destetar y sabemos que no está en los planes de nuestro hijo abandonar el pecho en el corto plazo. Si este es el caso, es plenamente válido que la madre busque la manera de iniciar el proceso del destete.
La mirada del otro
Existe otro tipo de razones relacionadas fuertemente con la influencia de terceros (llámese pediatra, esposo, familiares, amigos y hasta perfectos extraños) que de alguna u otra manera, empujan a la madre a pensar que está haciendo algo malo y que debería destetar inmediatamente. Para esos casos nos limitaremos a decir que dentro de un vínculo sano entre madre e hijo, en el que la lactancia es un componente más de la relación de amor y confianza que los une, la madre no está haciendo nada malo en lo absoluto. No está creando dependencia en el niño, ni es una pervertida, ni está “estirando” el proceso más allá de lo “debido”. Sólo está disfrutando de una forma sana de conectarse con su hijo, y viceversa.
No hay información científica que exprese que haya que destetar a una determinada edad. Existen por el contrario recomendaciones de organismos como la OMS que recomiendan la lactancia materna hasta los dos años o más (este “o más” significa “hasta que el niño y la madre quieran”), con lo cual queda evidenciado que las sugerencias de destete por parte de terceros están atravesadas por sus propios prejuicios y por la gran desinformación y mitos que existen aún alrededor de la lactancia.
Destete por salud materna
Muchas madres destetan también por causas de salud, dado necesitan tomar una medicación y el médico a cargo del tratamiento indica el destete porque las drogas no son, en apariencia, compatibles con la lactancia. Si bien algunas no lo son, hay una enorme cantidad de medicamentos que sí son viables de consumir mientras se amamanta. Desafortunadamente muchos médicos desconocen esto y, ante la duda, le dicen a la madre que ya no podrá amamantar.
Para esas situaciones, sugerimos siempre consultar en la página www.e-lactancia.org desarrollada por el Servicio de Pediatría del Hospital Marina Alta (Alicante, España), que ofrece una muy confiable base de datos sobre medicamentos y su compatibilidad con la lactancia materna. Ante cualquier duda, se puede consultar aquí y compartir esta información con el médico que está indicando el destete.
No ofrecer, No negar
Una de las premisas del destete inducido es la de “no ofrecer, pero no negar”. Muchas madres piensan que ellas no ofrecen nunca, sino que son sus hijos los que siempre piden el pecho. Pero a veces no nos damos cuenta de que somos nosotras quienes lo ofrecemos, cuando el niño se golpea, cuando llora, cuando está fastidioso, cansado, aburrido, etc. En esos casos, deberemos tomar consciencia y empezar a confortar a nuestro hijo de otra manera que no involucre el pecho. Aunque tampoco olvidar la parte del “no negar”, especialmente si el niño es menor de tres años y su capacidad de entendimiento es más limitada. Si en determinadas ocasiones en las que el niño pide, decidimos dale el pecho, no pensemos que estamos haciendo mal, que le estamos dando mensajes contradictorios o que estamos retrocediendo. No olvidemos nunca que es un proceso y que no es lineal.
Destete Inducido y distracción
Si habiendo considerado las verdaderas razones del destete, la decisión materna es la de ponerle fin a la lactancia, hay varios consejos que se pueden adoptar para iniciar el proceso de manera progresiva y lo más respetuosamente posible para el niño. Es importante aclarar que la palabra clave aquí es “PROCESO”, ya que muchos pediatras sugieren el destete abrupto y esto no es algo aconsejable. Podemos hacer una breve analogía con el comienzo de la escolarización.
Cuando nuestro hijo va a iniciarse en el jardín de infantes, jamás se nos ocurriría dejarlo en la puerta y marcharnos sin más, sino que estamos dispuestos a acompañarlo en el proceso de adaptación que debería durar lo que el niño necesite. ¿Cómo podemos entonces siquiera considerar un destete abrupto, cuando el niño mama desde que tiene uso de razón, tiene una relación con el pecho desde el primer minuto de vida y ha crecido contando con él, no sólo por cuestiones de alimentación, sino como consuelo, confort y forma de vínculo, comunicación y amor con su mamá?
Además un destete abrupto puede traer complicaciones con consecuencias como ingurgitación, taponamientos o mastitis, dado que no se le está dando tiempo a las mamas a que reduzcan su producción paulatinamente.
Es importante también tener en cuenta el momento que estamos eligiendo para comenzar. Situaciones estresantes para el niño como una enfermedad, el inicio de la escolarización, la llegada de un hermanito, etc. no son recomendables para empezar a evitar tomas.
La otra clave es la distracción. Durante el tiempo que dure el proceso, será importante buscar formas alternativas de entretener al niño, armando planes que lo diviertan y que logren desenfocarlo de los momentos en los que habitualmente pide el pecho. Hacer actividades fuera de casa puede ayudar bastante. Es importante aclarar que nos estamos refiriendo a las tomas que el niño hace y que interpretamos que no son por hambre. Demás está decir que el niño deberá estar correctamente alimentado y satisfecho porque está claro que el destete tendrá implicancias emocionales, pero las necesidades nutricias deberán estar siempre bien cubiertas para descartar que el pedido de pecho se deba al hambre.
Un proceso que lleva su tiempo
El proceso va a llevarte un tiempo y no es prudente que lo apures. Si tuvieron una lactancia prolongada y feliz los dos seguramente querrán culminarla de la mejor manera posible.
Intentá sacarle una toma por semana y para eso vas a tener que recurrir a trucos tales como evitar los lugares y las posiciones más frecuentes en las que él “sabía” que venía la teta.
En cuanto a que seguís teniendo leche, es bastante lógico ya que la glándula mamaria actúa por estimulación, lo que quiere decir que mientras tu bebé tome, tus pechos van a seguir produciendo. Este es otro de los motivos a tener en cuenta para un destete paulatino, ya que cortarlo de golpe te acarrearía también problemas como endurecimiento de los pechos, dolor, molestias, etc, etc.
Lo bueno es destetar de a poco para que la glándula vaya produciendo cada vez un poco menos. Pero repito, lo principal es que vos y él estén maduros y listós para el destete, de a poco, sin prisa y encontrando nuevas formas de vínculo distintas a la que los unía hasta ahora.
Lo cierto es que cada día da mamá-bebé/niño va encontrando su forma para sobrellevar el proceso del destete de la mejor manera. A veces puede resultar difícil, dependiendo de la personalidad y necesidades emocionales del niño. Por eso no nos cansamos de recalcar que es un proceso y que el niño necesitará tiempo.
Si hemos llegado hasta aquí, si estamos realmente convencidas de que esto es lo que queremos hacer y somos conscientes de que el final de la lactancia está cerca, tengamos una dosis extra de paciencia y de entrega para que este periodo sea lo menos traumático posible y que podamos concluir esta etapa llevándonos un hermoso recuerdo de lo que representó esta forma de vínculo entre nosotras y nuestros hijos.
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