Revista Arquitectura

Cómo detectar averías en nuestros electrodomésticos

Por Luissantalla

En el momento más inoportuno nos quedamos sin nevera, o sin lavadora, generalmente un inconveniente que nos puede hacer perder días de vuelta a la normalidad. Es muy probable que en tu agenda tengas a alguien que haya hecho algunos cursos de electricidad, o de fontanería, al que podrás llamar en caso de una inesperada emergencia. Con algunas nociones básicas podrías ser capaz de adelantarte a algunos problemas que tienen tus electrodomésticos, o puedes tratar de mejorar la instalación evitando averías por instalación indebida.

Aunque el “figura” en estos casos es Manuel de Domoelectra, me permito darte unos consejos sobre la instalación doméstica, aunque profundizando más puedes lanzarte a sacarte el carnet de electricista. Los daños en tus electrodomésticos pueden provenir de acciones físicas externas (golpes, mala colocación, uso indebido…) por acciones físicas inducidas por las instalaciones que acomenten en el aparato (sobrepresión de agua, subidas de tensión, etc)  o generadas desde el interior del aparato (cortocircuito, incendio, fuga de agua, electrocución…)

En el caso del daño propio del aparato puede resolverse con una garantía, pero bien mirada, a veces el fallo es inducido por nosotros, sin darnos cuenta, y en esos casos alguien que tenga nociones o haya hecho cursos técnicos en instalaciones eléctricas es capaz de detectar el origen y podemos quedarnos sin la garantía.

En el caso de las acciones físicas externas está claro que el propio uso debe ser adecuado, siguiendo las recomendaciones del fabricante, véase no cargar demasiado la lavadora, no utilizar aparatos no estancos en zonas húmedas con exposición directa al agua, o mismamente la propia nivelación de los aparatos que tienen partes móviles, como una lavadora, que puede lanzarse a la aventura centrifugando por la cocina, o provocar daños en muebles contiguos.

Cómo detectar averías en nuestros electrodomésticos

Realmente, este artículo viene a llamar a la atención de lo que rodea a los aparatos y que nosotros somos capaces de detectar y controlar. En el caso de la instalación eléctrica debemos de asegurarnos de que nuestra instalación ha sido revisada, como mínimo cuando se establece en el libro del edificio, y si no lo tuvieses, cada 7-8 años por lo menos. Es vital mantener la instalación en correcto estado ya que es una de las provocadoras de incendios, electrocuciones, fallos de aparatos… Debemos de asegurarnos de que el producto que estamos enchufando a la red se encuentra en una instalación protegida, con toma de tierra, con interruptor magnetotérmico y diferencial en un cuadro convenientemente repartido.

En el caso probable de instalación con regletas, ladrones o derivaciones varias, debes de pensar en distribuir nuevamente esa parte de la instalación para evitar sobrecargas y levantarte un dia sin luz. La acumulación de puntos de servicio sobre una misma línea en ocasiones la llevamos hasta el extremo, lo cual debemos de saber y de asumir el riesgo que supone el alterar la instalación básica de nuestra habitación, salón, oficina…

En el caso de la fontanería tampoco nos podemos olvidar. Las instalaciones de agua se han modificado mucho a lo largo del tiempo y nos podemos encontrar con situaciones varias, como las tuberías embebidas en el forjado, en rozas por paredes en horizontal ¡Nunca! … y con instalaciones mixtas si han sufrido reformas, empates intermedios que con los golpes de ariete, cambios de temperatura, envejecimiento de los nudos de conexión, van a ser punto fijo de gotera. Asegúrate de que la instalación de fontanería está bien organizada, con llaves de paso en cada cuarto húmedo, que antes no era habitual, y nos pueden salvar de sustos.


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