Todos, bueno, prácticamente todos tenemos hoy en día una cuenta de correo. A ella nos llegan diariamente correos de todo tipo: de trabajo, de familiares, con ofertas, con noticias y muchos con malas intenciones.
Estos últimos son los más peligrosos -dejando a un lado los que te manda tu abuela con video de gatitos incluido- ya que los ciberdelincuentes saben del potencial y el alcance que tiene el correo electrónico y, evidentemente, no lo van a desaprovechar.
Pérdida de información, pérdida económica, malware directamente en nuestros dispostivos, suplantanciones de identidad... Muchos son los peligros que se esconden tras un correo electrónico fraudulento y tenemos que ser capaces de identificarlo cuando los veamos en nuestra bandeja de entrada.
Los correos fraudulentos presentan una serie de características que aunque de forma individual no garantizan nada, cuando se combinan, podemos estar casi al 100% seguros de que se trata de un correo con intenciones dañinas.
En la infografía que ha realizado la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) os enseñan cuales son las principales motivaciones que mueven a estos ciberdelincuentes, cómo identificar los correos fraudulentos y en caso de hacerlo, qué hacer con ellos.