Somos de los que pensamos que la fragancia viene en frasco pequeño, que los detalles son lo que verdaderamente importa, que las compañías, mejor pocas, pero auténticas. El modelo de viajes de conlleva un número reducido de viajeros, un sistema que permite llevar a cabo una serie de experiencias que serían imposibles en un viaje masivo con un grupo muy numeroso y también si optas por realizar el viaje solo, una opción fantástica, que te permite interactuar mucho con la población local, pero tiene el hándicap de que no te permite compartir ciertos momentos que te gustaría compartir con otras personas.
La mayor parte de los viajeros de Paso Noroeste se apuntan al viaje de forma individual. Son chicos y chicas que por diversas circunstancias, en su grupo de amistades no encuentran con quien compartir un viaje de aventura y no les apetecea un destino exótico. Te enfrentas a escollos que cuando vas a viajar solo pueden resultar que finalmente no te lances a emprender el viaje, ya que en la mayor parte de los destinos hay que gestionar todo en un idioma extranjero y preparar y planificar el viaje lleva bastante tiempo y no siempre eliges la ruta adecuada (a veces demasiado ambiciosa todo el día empleado en desplazamientos, otras demasiado tiempo libre,..)
Es por ello que cuando decides tienes toda la logística del viaje arreglada. Ya hay una ruta planificada que han revisado en los numerosos viajes que han realizado, y seguramente todo el resto de personas que forman el grupo se han apuntado al viaje solos, con lo cual te vas a encontrar a un grupo de gente como tú, con tus mismas inquietudes y deseos de cara a afrontar un viaje.
Además, a la hora de viajar en los de Paso Noroeste, la primera sensación que se tendrá será la de una mayor integración y participación en los temas, cuestiones y decisiones que habrá que llevar a cabo durante la experiencia del viaje. Desaparecerá el sentimiento de nulidad, de dejarse arrastrar por rutinas e itinerarios preestablecidos, que convierten a los viajeros en poco menos que autómatas obedientes.
La libertad de elección, pero sin perder la compañía y la ayuda de quienes te rodean, permitirá un contacto más directo y emocional en los encuentros y visitas del viaje. Aumentará la intensidad de la experiencia, pero no disminuirá la sensación de compañía y seguridad.
En definitiva, viajar con solo unos pocos compañeros permite ver de manera completamente diferente cada viaje. Estos son algunos consejos para que esta fórmula sea una experiencia aún más emocionante, interesante e inolvidable.
El buen rollo como herramienta principal
La mejor de las maneras para construir un buen recuerdo es ser feliz. En los viajes alrededor del mundo, la memoria es lo que permitirá al viajero revivir una y otra vez la experiencia. Por este motivo, desde Paso Noroeste creemos indispensable que todos y cada uno de los componentes del grupo sientan esa predisposición al "buen rollo", que estén siempre dispuestos a la conquista de la sonrisa y de la risa, a la amabilidad, al compañerismo... como norma general, cuando se opta por este sentimiento, el contagio es inmediato. Mantener la sonrisa, esperar siempre lo mejor y, si las circunstancias se complican, ser la persona que expulse el pesimismo y renueve la confianza y la alegría, es la mejor forma de disfrutar de un viaje con estas características y construir el mejor de los recuerdos.
Dejarse llevar, ser flexible y disfrutar de cada situación
En los viajes en pequeños grupos, como los que organizamos en Paso Noroeste, siempre está presente la aventura, las decisiones constantes y, ocasionalmente, algún posible error... En todo viaje pueden darse circunstancias conflictivas o de frustración. Llegados a este punto no se deberá imponer de forma autoritaria la propia opinión, sino que se deberá ser flexible a la mayoría, tolerante, aunque la opinión sea contraria, dejarse llevar y disfrutar del camino que conduce a cualquier situación. Al final hemos venido a viajar y a disfrutar de un viaje, por lo que hay que sopesar si merece la pena el crear mal ambiente en un grupo o es mejor dejarse llevar y disfrutar del rincón del mundo que estamos disfrutando en este momento.
Apertura mental
Cada rincón del planeta que se visita es un mundo en sí mismo. Un espacio con unas características climáticas particulares, una historia propia y una personalidad exclusiva. El viajero no puede o no debe ir a esos lugares esperando o deseando que sean lo más parecido posible a su hogar. No se debe cometer el error de criticar las costumbres o creencias de las regiones que se visitan, solo hay que pensar que, si uno mismo hubiera nacido allí, todo esto que resulta tan extraño sería la única realidad posible. No somos ni mejores ni peores que nadie de ningún lugar. Por el contrario, sí que debemos a estas formas diferentes de comportamiento, de pensamiento, de sentir y de ser.
La crítica, la duda, la sospecha solo perjudica al que la siente. Recordemos una de las máximas más importante de todo viajero; Allá donde fueres haz lo que vieres. Respeta y actúa de forma afín al escenario en el que te encuentras, aunque en ocasiones choque frontalmente con tu educación y creencias. Y es que, la mejor forma de disfrutar de un viaje es eliminando la pátina de turista que se lleva impregnada e integrarse con el entorno y con las gentes que los habitan.
Adaptación y empatía
Los viajes con grupos reducidos de Paso Noroeste abren oportunidades únicas a la amistad, al sentimiento de solidaridad, a la comprensión, ayuda y colaboración. En estos viajes en los que la sorpresa es una constante, la primera ayuda que se recibe es la del compañero de grupo, al igual que se debe estar atento a todo aquel que pueda sentir la necesidad de compañía y/o ayuda. Se deberá ser, por tanto, empático con todos, ponerse en la piel de los demás cuando haga falta al igual que adaptarse a la convivencia en grupo. Hay que valorar la amistad, el sentimiento de pertenencia a una tribu, procurar vivir y hacer vivir gratamente las experiencias que se presentarán a lo largo de viaje.
La experiencia de estar lejos de la habitual área de confort
Por último, cabe señalar en este sentido, que, al salir de la llamada área de confort, se debe aceptar la incertidumbre, las incomodidades, los retos del camino y que criticarlos o dejarse avasallar por el estrés que, en ocasiones, se pueden vivir, solo irá en detrimento de uno mismo y del grupo. Si hace sol y demasiado calor en Vietnam, es mejor a que esté todo el día lloviendo, si siempre comes el mismo arroz con pollo, piensa que en casa tienes la inmensa fortuna de tener una dieta mucho más variada, si te pican los mosquitos siempre será mejor a que te pique una serpiente... en definitiva, actuar de forma positiva mejora, sea cuales sean las circunstancias, la experiencia del viaje.
Esta es parte de la forma de viajar que tiene Paso Noroeste , visita nuestra página haciendo clic en este enlace y elige uno de los muchos destinos que programamos para viajar en grupos reducidos y vivir la aventura de estar vivos.