Los sabores los distinguimos a través de unos pequeñas protuberancias las cuales se les conoce como papilas gustativas. Estas protuberancias son muy numerosas, alrededor de unas 4.000, las cuales poseen unas 50 fibras nerviosas. Ellas son capaces de enviar al cerebro toda la información que reciben, pero no lo hacen de la misma forma.
Los principales sabores que distinguimos son el dulce, salado, amargo y ácido. Los sensores para estos sabores están localizados en distintas zonas de la lengua.
Ácido: Se detectan mediante iones, específicamente los protones. Esta localizado en los laterales detrás de las papilas del sabor salado.
Salado: A través de iones, pero es el sodio en este caso. Se localiza en la zona medio lateral de la lengua.
Dulce: En este caso la detección es mucho más específica puesto que las papilas tienen unos receptores especializados para tal labor. Se percibe en la punta de la lengua.
Amargo: Igualmente tiene receptores especializados. Se localiza en el centro de la lengua en la parte mas cercana a la garganta.
Para que las papilas gustativas detecten el sabor dulce debe contener un 0,5% de azúcar. Con respecto al sabor salado basta con 0,25%, para el amargo 0,002% y 0,001% para el ácido.
Pero esto no esto todo, además de los sabores de siempre existe un quinto sabor que se llama umami traducido del japonés significa sabroso y es ahí donde se incluye nuestro riquísimo jamón.