Revista En Femenino

Cómo dormir con un bebé en casa y no morir en el intento

Por Clara Ingeniera @mamaingeniera

El sueño del bebé, ¡qué mala fama tiene! Porque, ¿cuántas veces se puede llegar a escuchar el “prepárate para no dormir cuando llegue el bebé”? INFINITAS. Deberás crear un paraíso del descanso para tu bebé como el que propone Alananitanana y además, yo te doy algunos tips en base a mi experiencia como madre de familia numerosa.

¡Allá vamos!

¿Es posible descansar con un bebé en casa?

Obviamente. Si teniendo un bebé en casa no descansásemos nada, acabaríamos en el hospital (aunque alguna amiga tengo que llego a estar a punto de ingresar por fatiga).

Pero en realidad lo que se necesita para descansar con un bebé en casa son dos cosas básicas: planificación y colaboración.

Planificación en el sentido de que si sabes cada cuánto normalmente tu hijo se despierta, pues que organices tus horas de sueño en ese sentido. Quizás nunca has sido de siestas de después de comer y ahora sea el maravilloso momento de introducirlas en tu rutina.

Si das pecho, te recomiendo encarecidamente que te eches un sueñecito cuando te tumbes a dar teta y si no es así, que intentes descansar cuando el bebé lo hace.

Y puede ser que ahora me digas “pero Laura, si mi bebé se duerme cada vez que salgo a la calle a hacer algún recado y lo pongo en el carro, ¿cómo voy a dormir yo ahí?”.

Ahí es donde entra el otro concepto: colaboración.

Si has tenido un bebé, a no ser que hayas decidido ser madre soltera, debe haber alguien en tu vida que tenga las mismas responsabilidades que tú hacia ese bebé. Pues que salga esa persona a hacer el recado y tú échate un sueñecito. O no, simplemente puedes disfrutar de un ratito para ti, porque no te das cuenta de cuánta falta te hace el autocuidado hasta que no estás desquiciada perdida.

Trucos para conciliar el sueño con tu peque

Seguro que estás harta de escucharlo, pero es vital que tengas una rutina establecida y que intentes no saltártela.

Eso también te va a ayudar a ti con la planificación y si algún día haces algo fuera de lo normal, ¡no pasa nada! Pero intenta tener horarios siguiendo, al máximo posible, la luz del día.

No tengas miedo si tu bebé se acostumbra a dormirse en tu teta, en brazos o como sea. Es pequeño y esto no va a durar para siempre. Cuando menos te lo esperes, ya no querrá saber nada de ti. ¡En serio!

Así que si te apetece acostarte al lado de tu bebé para que se duerma, hazlo.

Si necesita que te lo cuelgues en la mochila de porteo, adelante.

Se trata de que la zona de descanso del bebé sea idónea para que descanse adecuadamente.

Luego siempre puedes levantarte tú para seguir haciendo cosas o bien dejarle en la cuna, actividad que viene a ser como desactivar una bomba. ¡Qué recuerdos me trae ese momento!

Un lugar confortable para que el bebé duerma

Tanto si eliges una cuna de las de siempre, como una de colecho, es importante que esta sea cómoda y esté vestida con prendas suaves con el bebé.

Intenta decantarte por tejidos de algodón. En verano, cuando más calor hace, es lo que mejor transpira y en invierno, es también muy acogedor.

Si te obsesiona más la decoración de su habitación, hoy en día puedes encontrar textiles muy bonitos que se ajustan a prácticamente cualquier estilo.

Un lugar confortable, también es un lugar seguro.

Mi primer hijo nunca se cayó ni de la cuna ni de la cama. Tenía barandillas por todas partes y la verdad, todo fue bien. Solo tuve que tener más cuidado cuando se ponía de pie en la cuna e intentaba escalar. Un vigilabebés es crucial.

Con mis mellizos hice exactamente lo mismo, pero ellos eran culebrillas. Tal es así que mi pequeña rodó cual croqueta hasta los pies de la cama (donde también había barandilla, ojo, que para entrar ahí tenías que hacer una gymkana) y se cayó de morros al suelo por el único hueco de 20cm que estaba libre.

Tenía que pasar. Fue un susto tremendo, pero no le pasó nada. Y a pesar de tener el vigilabebés, ni nos enteramos, ¡pobrecita!

Así que no escatimes en seguridad para dormir plácidamente.

Cercanía para dormir junto al bebé

Yo siempre recomiendo hacer colecho.

Si te da miedo ponerlo a tu lado en la misma cama, mi consejo es que te decidas por una cuna de colecho, de las que se abre un lateral y se pega a la cama.

Créeme cuando te digo que una vez te conviertes en madre, tu sueño ya no es igual, porque incluso cuando el bebé no está, te sobresaltas pensando que lo has aplastado. ¡Es así! Pero no pasa, de verdad que no.

Cómo te decía antes, es importante que tú duermas cuando el bebé lo haga (lo máximo que puedas), y hacer colecho es ideal si das teta. La comida está lista y a la temperatura ideal. Solo tienes que acercarle el pecho a la boca y no te tienes que desvelar.

Te recomiendo poner toallas más allá del típico protector del colchón, porque si eres como yo, eso se queda cual grifo abierto y puedes despertarte en pleno charco.

¡Por qué los papás también necesitamos dormir!

Para cuidar, tenemos que cuidarnos.

Esa es una lección que cuesta muchísimo de aprender y acabamos aprendiéndola después de algún batacazo.

Damos por hecho que con un bebé tenemos que dormir poco y lo asumimos, pero deberíamos hacer lo máximo posible por mejorar nuestro autocuidado.

Al final, la privación de sueño nos vuelve más irascibles, debilita nuestro sistema inmune y hace de nosotros verdaderos despojos humanos. No permitas que el no dormir llegue hasta ese punto y recuerda las palabras clave del principio: planificación y colaboración.

¿Cómo es el sueño de tu bebé? O, ¿cómo fue? ¿Lo recuerdas como una época dura, fácil…? ¡Cuéntame!


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