Marie creía que había encontrado al amor de su vida hasta que Hugues la abandona por otra chica más joven. Agotada y abatida, toma una decisión: no confiará nunca más en los hombres y se vengará de ellos.
«-¡Estoy hasta la coronilla de los hombres! ¡Me tenéis hasta! ¡Estoy hasta las narices de vuestras jugarretas! ¡Os ha llegado la hora de sufrir!»
La dulce Marie ha desaparecido, perdida entre lamentos. ¡Cuidado, mundo, llega una nueva Marie! La venganza es un plato que se sirve frío, y ella está congelada…
Revista Cultura y Ocio
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