El columpio puede ser sumamente divertido para el bebé, también es una buena forma de calmar a bebés inquietos o que necesitan estar entretenidos. Se puede llevar al bebé al parque a jugar, pero también se puede contar con un columpio en casa.
Lo primero que hay que hacer es, evidentemente, elegir un columpio estable y seguro, ya que la seguridad del bebé es clave y no cumplir esto supondría estar siempre preocupándose por si pasará algo.
La base del columpio debe ser ancha y con centro de gravedad para no volcar con facilidad. Si se tiene asientos con cinturón de seguridad mucho mejor, así que se puede optar por arnés de 5 puntos, especialmente para recién nacidos. El columpio ha de tener una posición reclinada del recién nacido, y una vertical para bebés más grandes.
Hay columpios que funcionan con batería, otros con un sistema de cuerda que se mecen unos minutos y otros que funcionan empujándolos. Dependiendo de las necesidades y la capacidad económica se puede elegir uno y otros. Los de batería tienen varias configuraciones y velocidades, así que también puede ser buena idea.
Otra opción puede ser comprar columpios multiuso, como los que sirven también como mesas de dibujo o sillas para comer si se le pone bandeja. Estas opciones a mayores se deben tener en cuenta a la hora de la compra del columpio, aunque lo importante es la seguridad. El tamaño, el color, el material o las diferentes características con las que cuenta el columpio se pueden tener en cuenta como algo secundario, de hecho importan a muchos padres, pero teniendo en cuenta que el bebé ha de sentirse cómodo, seguro y se debe divertir. También hay padres con mucha maña que hacen los columpios de su propio bebé.
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