Cómo elegir un buen Logotipo

Diseñar un Logotipo para empresa, sea tuya o ajena, supone un reto de considerables proporciones. En ocasiones, la creación del Logo es clara y no admite dificultades, pero en la mayoría de casos se convierte en una auténtica pesadilla por la dificultad que entraña, ya sea por falta de ideas o porque no satisface a nuestro cliente.

Hay que tener en cuenta que un Logotipo es, normalmente, una idea que ha de perdurar en el tiempo, sin descartar que sea un trabajo para el resto de vida de la marca en cuestión. Se trata de una imagen que los clientes van a recordar y asociar a dicha marca. Por tanto, es un asunto que ha de ser tomado con extremada seriedad. Veamos algunos conceptos que habría que tener claros a la hora de sentarse e idear un buen Logo de empresa.

Poder de permanencia en el tiempo

Para entendernos, un buen Logo ha de durar décadas, por lo tanto, no es recomendable inspirarse en modas pasajeras que nos conduzca a crear un Logo irrelevante en el tiempo. Una buena idea sería no utilizar Fuentes muy estilizadas o trucos de diseño del estilo de gradientes llamativos, por poner un par de ejemplos. Ten en cuenta que si una marca espera crecer con el paso de los años, su Logotipo le acompañará siempre.

Que sea Único

Esto es más complicado, obviamente. Necesitamos diseñar un Logo que haga que nuestra empresa se diferencie del resto, con todo lo que esto conlleva. Los Logos basados en Iconos son una forma sencilla de presentar una Marca, ya que deja una imagen mental en los clientes más fácil de asimilar. Por ejemplo, hay quien vincula su imagen de marca a un tipo de letra acompañada de un icono simple.

Versatilidad

Sí, no debemos pensar en un Logotipo para nuestra Web únicamente, hemos de tener en cuenta que puede ir impreso en tarjetas de visita, Flyers publicitarios, camisetas, bolígrafos, etcétera. Si se trata de una empresa grande puede participar en Eventos deportivos o de otro estilo. Pues bien, el Logotipo ha de adaptarse a cualquier circunstancia que lo haga susceptible de ser visto, pero no solo eso, ha de ser visto sin parecer que no está integrado.

Sencillez

Quizá lo más difícil de conseguir, pero probablemente lo más contundente a la hora de que los clientes asocien una imagen a una marca. Un ejemplo muy claro puede ser Nike, que todos tenemos en la cabeza y no se olvida con facilidad. La razón es de peso, contantemente somos bombardeados con todo tipo de información publicitaria donde las imágenes pesan de forma evidente, por lo cual, si conseguimos que recuerden nuestra Marca asociada a dichas imágenes, habremos conseguido el objetivo.

No intentes que exprese todo

Así es, no debemos caer en el error de diseñar un Logotipo que diga absolutamente todo de nuestra Marca. Para entendernos, no es obligatorio que al mostrar nuestra imagen tenga necesariamente que trasmitir un mensaje, no es eso. En definitiva se trata de no encasillar una Marca, por la sencilla razón de que, con el paso de los años, un negocio puede cambiar la idea inicial o añadir nuevos servicios y necesitamos que nuestro Logo no quede asociado a una impresión inicial, debemos dejar espacio para los cambios futuros.

Limitar consejos externos

Se trata de un paso crítico a la hora de diseñar un Logotipo. Dicho diseño está sujeto a opiniones muy subjetivas, por lo tanto, no prestes demasiada atención a las múltiples opiniones que te llegarán desde todos los rincones y restringe dichas sugerencias a tres o cuatro personas de confianza, no más.

Conclusiones

No olvides que si consigues hacer un trabajo coherente, el Logotipo diseñado adquirirá fuerza con el tiempo y estará asaociado a tu Marca durante muchos años, dotándola de autoridad y prestigio. Tampoco desperdicies el tiempo pensando en demasía. Es frecuente dedicar mucho esfuerzo a la elaboración de un Logotipo y centrarse demasiado en ello. No es necesario que te guste a primera vista, ni tampoco a los que lo van a ver.