Cuando llega un nuevo miembro a la familia, los padres debemos asumir la compra de diversos artilugios que se consideran "imprescindibles" para la "crianza" de nuestro bebé.
Si pensamos en la forma de transportar a nuestro hijo, en lo primero que pensamos es en el carrito, pero algunos padres nos decantamos por usar las cada vez más conocidas mochilas portabebés, por su simplicidad y el contacto continuo que nos permiten tener con nuestro bebé. Esto, sumado a que nos dejan los dos brazos libres para ocuparnos de otras tareas mientras llevamos a nuestro hijo, hace de este artículo un "must have" para muchas familias.
Los expertos aconsejan su uso para calmar a los bebés que padecen cólicos o a los que les cuesta coger el sueño. El balanceo al andar, les recuerda la sensación de cuando estaban en el vientre materno y les relaja. También ayuda a reducir el riesgo de depresión posparto, al estar en contacto permanente madre e hijo.
Algunos padres son reacios a usar los portabebés a partir del año, porque les resulta incómodo, pero esto suele ser consecuencia de no haber comprado una mochila adecuada. Para que no nos ocurra esto, desde https://webportabebes.com/ nos aconsejan que tipo de portabebés se adapta mejor a nuestras necesidades. Una buena mochila puede durarnos hasta que el niño haya pasado de los 3 años, pues están diseñadas para repartir el peso ergonómicamente para que no nos resulte difícil el porteo. Incluso existen ciertos portabebés que están específicamente diseñados para niños más mayores, los llamados Toddler.
Un inconveniente de los portabebés, es que algunos no están pensados para la lactancia, por tanto, si piensas dar de mamar a tu bebé desde la mochila, debes prestar atención a que esté diseñada para ello.
A la hora de elegirlo debes tener en cuenta varios aspectos:
- El clima donde lo vas a usar. Si vives en un lugar caluroso tienes que tener en cuenta que esté hecho de materiales ligeros y transpirables.
- Durante cuánto tiempo lo vas a utilizar. Existen mochilas diseñadas exclusivamente para recién nacidos, otras pensadas para que las usen niños más grandes y puedes encontrar mochilas evolutivas, que te servirán durante toda la etapa de porteo.
- Las personas que van a hacer uso de él. Pues no es lo mismo que lo utilice una persona delgada y pequeña a que lo haga otra de mayor corpulencia.
- La comodidad. Es vital que te sientas cómodo/a con tu portabebés, pues lo normal es que lo uses muchas horas. Si eliges bien, no te deberías de cansar por mucho tiempo que lleves porteando.
- La ergonomía. Este es un aspecto muy importante que se suele pasar por alto. Es muy importante que la mochila que elijamos respete el desarrollo ergonómico de nuestro bebé, no fuerce posturas que no sean naturales y repartan el peso de la forma adecuada.
- Facilidad de uso. Si tenemos un portabebés que a la hora de colocárnoslo es un puzle, acabaremos por guardarlo y dejarlo olvidado al final de algún cajón. Una buena mochila debe ser fácil de poner y quitar.
- Fácil de limpiar. Los niños manchan, esto es una certeza. Así que aprovechemos que sabemos esto y elijamos productos que nos faciliten su limpieza.
Es importante que mientras estés porteando, prestes atención a tu bebé con cierta frecuencia, para comprobar que su postura es adecuada y que está respirando normalmente. Una postura de porteo ideal es la que te permite ver la cara de tu hijo únicamente bajando los ojos. Es lo que se conoce como la .
Por último, si te preocupa el precio de tu próximo portabebés, debes saber que en comparación con lo que te cuesta un carrito, no son nada caros. Aunque el precio varía mucho dependiendo de marcas y modelos, una buena mochila suele estar en torno a los 90 y 150 euros.