Imagina que tu equipo enfrenta un problema recurrente, y aunque aplican soluciones rápidas, siempre vuelve a aparecer. Esto ocurre porque no han llegado a la raíz del problema. Aquí es donde el Análisis de Causa Raíz (ACR) se convierte en tu mejor herramienta.
El ACR permite ir más allá de lo visible para identificar qué está realmente provocando el problema. Trabajando con preguntas clave como ¿qué?, ¿dónde? y ¿por qué?, tu equipo puede dejar de apagar incendios y empezar a construir soluciones sólidas.
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Fuente: Dulce María Cevallos Cueva