Una de las tareas difíciles para los padres, es aprender a enseñarles a sus niños cómo adoptar un buen comportamiento en la mesa, sin que resulte una tarea ardua y tediosa.
Como padres, todos deseamos que nuestros hijos tengan una buena conducta general en todos los aspectos de la vida, y una de las tareas más difíciles puede ser el enseñarles un buen comportamiento en la mesa, ya sea cuando se reciben visitas, o durante las comidas del día a día, para que todos los miembros familiares puedan disfrutar del tiempo compartido.
Aprendizaje temprano
La enseñanza de buenos hábitos en la mesa comienza desde que los niños comienzan a comer por sí solos.
Es por eso que es importante que los padres guíen al los pequeños en el aprendizaje de lo que es "aceptable" o no a la hora de comer. Un buen comportamiento en la mesa comienza por la habilidad de los padres para mantener la calma cuando los niños echan berrinches, ya sea porque se rehúsan a comer, no les apetece la comida preparada, o simplemente están de mal humor. Si los niños ven que los padres se alteran demasiado en éstas situaciones, les será mucho más difícil adoptar buenos hábitos.
Otro punto importante a tener en cuenta a la hora de enseñarles un buen comportamiento en la mesa, es no enfadarse con los niños ni gritarles cuando no logran comportarse correctamente. Los padres deben comprender que los niños todavía no saben qué consecuencias tales acciones pueden acarrear. Por eso, recuerde siempre que sus pequeños están todavía aprendiendo y que, si usted da lo mejor de sí, los niños eventualmente conseguir adquirir las habilidades necesarias para que la hora del almuerzo o la cena sea un evento que toda la familia pueda disfrutar.
Siempre con flexibilidad, no hay que ser excesivamente severos
Es importante que los niños aprendan que jugar con la comida no está bien, pero también lo es el comprender que todavía son niños: que gran parte de sus vidas diarias se centran en torno al juego. Por eso, una buena estrategia para enseñar a sus hijos un buen comportamiento en la mesa, es hacer que la hora de la comida sea un momento divertido y libre de estrés. Algunas maneras de lograr esto es dejarlos formar parte de la elección y preparación de la comida, e incluso hacer que la presentación de la comida en sí tenga un aspecto divertido e interesante para ellos. Una forma de lograr esto es dejándolos poner los alimentos en sus platos realizando "dibujos" o caras de personajes de caricaturas que les gusten.
Siempre y cuando entendamos, como padres, que los niños aprenden mejor cuando no se sienten forzados a realizar algo, sino que sienten que tienen una voz en la elección y el proceso de la comida, mayor será nuestra tasa de éxito en lo que respecta a enseñarles un buen comportamiento en la mesa. Y mayor será la facilidad con la cual los niños podrán comenzar a ir a comer afuera, recibir visitas en las comidas, e incluso mejorará su conducta en todos los ámbitos sociales en los que se encuentren.