"Una experiencia de aprendizaje es un viaje." Julie Dirksen
El mes pasado participé en unas jornadas sobre aprendizaje auspiciadas por USATIC con la conferencia titulada "Cómo atrapar y mantener la atención de los alumnos durante las clases". Tras mi intervención, surgieron algunas preguntas sobre cómo motivar a los alumnos a aprender en el aula. Todos quienes imparten clases, seminarios, talleres o conferencias han tenido que lidiar con aquellos miembros en la audiencia carentes de motivación. ¿Qué hacer en estas situaciones?
MOTIVACIÓN INTRÍNSECA VS MOTIVACIÓN EXTRÍNSECALas personas motivadas intrínsecamente están interesadas en el tema por sí mismos o vienen con un problema específico que buscan resolver. Desean hacer algo.
A las personas motivadas extrínsecamente las mueve una recompensa o castigo exterior. No quieren hacer algo y desde fuera hay que obligarlas. Toda enseñanza obligatoria es a priori motivada extrínsecamente.
El gurú Daniel Pink ya predicaba en su best-seller "La sorprendente verdad sobre qué nos motiva" sobre la necesidad de abandonar las motivaciones extrínsecas, como los incentivos económicos o el aprobado en junio, en pos de la motivación intrínseca.
La motivación extrínseca presenta numerosas desventajas:
- No es sostenible en el tiempo: en cuanto se retira la recompensa o castigo, la motivación desaparece.
- Obtiene beneficios marginales decrecientes: si la recompensa o castigo se mantienen iguales, la motivación decrece progresivamente.
- Perjudica a la motivación intrínseca: recompensar o castigar a alguien por hacer algo ahoga su propio deseo interior por hacerlo.
Vale, la teoría está muy bien. Ahora te ponen delante a 20 alumnos traídos a rastras hasta el aula sin la más mínima motivación. ¿Qué haces?
ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE PARA LOS MOTIVADOS EXTRÍNSECAMENTEEn su fantástico libro Design for How People Learn sobre diseño de aprendizajes, la autora Julie Dirksen propone las siguientes estrategias:
1 Remueve Roma con Santiago para desenterrar motivadores intrínsecos en la situación¿Hay algo, lo que sea, que tus alumnos puedan encontrar intrínsecamente motivante acerca de la materia? Haz montones de preguntas sobre lo que podrían hacer con la información. Trata de relacionarla con tareas del mundo real relevantes para ellos.
2 Mete el dedo en la llaga y hurgaSi tus alumnos no están familiarizados con la materia, serán incapaces de establecer conexiones entre sus tribulaciones y la solución que les ofreces. Pero si puedes figurarte lo que les molesta o preocupa y mostrarles cómo pueden aliviar ese dolor, transformas en un instante lo extrínseco en intrínseco.
3 Evita como la peste la teoría e información excesivasPuedes hablar entusiasmado toda la mañana acerca de la información académica que dominas sobre la materia, sí, pero los alumnos motivados extrínsecamente antes preferirían arrancarse los ojos con el bolígrafo de propaganda del hotel. Cíñete a ejemplos específicos, retos que se relacionen con sus escenarios del día a día. De hecho, este enfoque funciona también con los motivados intrínsecamente. Elimina de tus lecciones toda aquella información cuya importancia para el alumno no sepas explicar. O relégala al apéndice o a la sección sobre bibliografía.
4 Plantea problemas hipotéticos para espolear su motivación intrínsecaSi comienzas con un desafío o misterio genuinamente interesante que los alumnos deben resolver en su vida, su motivación extrínseca comenzará a deslizarse más y más hacia una motivación intrínseca, como la satisfacción de acabar un puzzle o resolver un enigma o ganar una competición. Y recuerda que "interesante" no significa "interesante para ti" sino "interesante para ellos".
Fuente: https://www.elartedepresentar.com/2014/07/como-ensenas-a-alguien-que-no-esta-motivado-por-aprender/