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Antes de nada, una advertencia para los más curiosos: su precio de venta no ha sido revelado, pero es probable que estemos hablando de varios millones de euros.
Dicho esto, vayamos con los detalles de esta casa que constituye todo un placer para los sentidos. Se trata de la antigua casa del diseñador de moda Kenzo Takada, una oda al arte de vivir japonés en pleno centro de París.
«Para mí, la entrada de la casa es un espacio muy importante, porque cambia inevitablemente el estado de ánimo de la persona que entra. Como al entrar en un templo, primero se pasa por una especie de pasillo cerrado antes de entrar en la luz, el corazón del santuario«, explicaba el arquitecto Kengo Kuma en 2018.
La misión del autor de la casa era crear nuevas perspectivas en el hogar de Kenzo Takada. ¿El verdadero objetivo? Llevar la luz a esta casa de tres plantas, donde se alojan siete habitaciones y una escalera de roble que conduce a la planta superior.
El arquitecto se inspiró la chigaidana, un cubículo o pequeño espacio elevado sobre un washitsu, las habitaciones típicas de estilo japonés con suelo de tatami. La casa cuenta con un pabellón principal concebido por la firma Mizusawa Komuten, cuyo suelo está cubierto de tatamis de paja de arroz. Desde allí se divisa el jardín japonés, una joya insospechada en pleno Distrito 11 de París y a pocas manzanas de la plaza de la Bastilla.
Kengo Kuma, encargado de transformar el ala que da al exterior, cuenta: “Lo que más me impresionó fue este jardín japonés enclavado en el corazón de París, ¡una maravilla!”. Este singular exterior se convierte en el horizonte último de la vivienda, entre bambúes, enebros, cerezos rosas, arces rojos, líquenes, musgos, rocas, frisos, cascadas… Un oasis de serenidad donde se puede observar el ballet de las carpas koi en los estanques.
En la terraza del jardín, las losas de mármol travertino y los bancos de madera sumergen a los huéspedes en una fantasía japonesa, donde la ligereza y la pureza alcanzan su máxima expresión. «Lo importante es la transparencia. He querido reconectar los espacios entre ellos, desde el patio central hasta el jardín japonés, pasando por la nueva terraza y el salón. Intento crear profundidad para que el usuario experimente continuidad. La fluidez es una idea muy japonesa», señala Kengo Kuma.
Fuente: revistaad.es
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