Qué mal está el mundo. Qué barbaridad. No hay más que ver cómo está el servicio. En cuanto una se relaja, se le suben a las barbas. Menuda gentuza. En vez de darnos las gracias, ¿verdad? Si no fuera por nuestra existencia, aún vivirían todos en taparrabos arrancando frutos frescos a mordiscos. Y qué recibimos a cambio. Intolerancia. Incapacidad de adaptarse a los nuevos sueldos. Oye, que si hay que vivir con el 40% menos, pues tendrán que saber primero calcularlo -haber estudiado en la privada- y después aguantarse, como hacemos todos. Qué mono ese collar de perlas. Si me dices dónde lo compraste, envío a mi escolta a por él.
Leído en Querida Alcatiesa de Risto Mejide