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Piensa por un momento que el orden en el que observamos características de una persona viene a menudo determinada por el azar y que esta secuencia puede determinar la imagen que tenemos de los demás. Esto se produce porque el efecto halo puede aumentar la significación de las primeras impresiones hasta el punto de que, a veces, la información siguiente es en su mayor parte despreciada.
Tal como señala Daniel Kahneman en “Pensar despacio, pensar rápido” las consecuencias del efecto halo pueden dejarse notar en cuestiones clave como, por ejemplo, la propia evaluación académica.
Sabemos que la evaluación de los alumnos abarca muchos aspectos pero determinados hitos como la corrección de trabajos y exámenes son momentos en los que el efecto halo puede intoxicar nuestras valoraciones. Esto sucede porque el procedimiento más habitual suele ser corregir de una vez todas las preguntas de un alumno (me refiero a preguntas abiertas) y una vez puntuado pasar al siguiente alumno. Esta forma de proceder hace que la puntuación a la primera pregunta tenga un efecto desproporcionado en la calificación total.
Partiendo de su propia experiencia, el profesor Kahneman nos explica cómo incide este sesgo a la hora de evaluar:
Si había dado una puntuación alta a la primera respuesta, concedía al alumno el beneficio de la duda siempre que encontrara luego una frase vaga o ambigua. Esto parecía razonable. Seguramente un alumno que había hecho bien el primer trabajo no cometería un error estúpido en el segundo. Pero había un serio problema con mi manera de proceder. Si un alumno había escrito dos trabajos, uno bueno y otro flojo, terminaría con diferentes calificaciones finales dependiendo de qué trabajo leyera primero. Había dicho a los alumnos que los dos trabajos eran igual de importantes, pero no era verdad: el primero tenía mucha mayor repercusión en la puntuación final que el segundo, lo cual era inaceptable. Entonces adopté un nuevo procedimiento. En vez de leer los cuadernos uno tras otro, leí y puntué las respuestas de todos los alumnos a la primera pregunta para luego ir a la pregunta siguiente.
Vista la congruencia de sus argumentos recientemente decidí poner en práctica esta sencilla secuencia de evaluación aprovechando que este año participo como jurado en los premios Espiral Edublogs. La situación de partida me parece muy apropiada ya que nuestro cometido como miembros del jurado consiste en evaluar los diferentes blogs que se han presentado en esta edición (puntuamos una serie de variables, las mismas para cada categoría de blogs). En mi caso he optado por puntuar la primera variable para cada candidatura y a continuación pasar a la siguiente variable repitiendo el mismo proceso. Mi impresión personal es que las puntuaciones finales son más “justas” considerando que cada candidatura tiene las mismas opciones de destacar (positiva o negativamente) ante cada nuevo ítem ya que el ciclo se reinicia.
¿Qué opinión te suscita esta secuencia a la hora de evaluar los trabajos de los alumnos?