Primera parte aquí.
Segundo: hay que evitar los alimentos que despiertan el hambre emocional. Mientras más dulces/donuts/pizzas comemoss, más vamos a querer. Una forma de evitar estos alimentos es, por ejemplo, imaginando que eres adicta a la heroína, ponte en tratamiento por una semana, aguanta las ganas y verás como (una vez que el cuerpo se “desintoxique”) lo necesitarás menos. Una vez que estés completamente “limpia” vuelve a comer un helado, un dulce o lo que te apetezca, UNA VEZ POR SEMANA. (Esto también lo he hecho y, aunque es dificil, luego de una semana sí se pasan esos deseos incotrolables). ¡Hace más de seis meses que no pruebo un helado! y Yo sé que la vida es triste sin los helados pero es que no tengo contro, si pruebo uno no voy a poder parar y voy a empzar a comer helado como loca de nuevo.
Tercero: Aprender a saber cuando tienemos hambre emocional. No es normal que que una hora despues de haber comido tengas hambre de nuevo. Sí es posible, porque me pasa muchas veces. Por ejemplo, ayer mi hermana me invitó a desayunar pancakes en su casa. Fuí, desayuné y para cuando volvía a mi casa ¡ya tenía hambre! Claro que eso no es normal, eso es hambre emocional. Estaba aburrida sin nada que hacer en casa y a mi maravilloso organismo lo que se le ocurre es comer para entretenerse y pasar el tiempo.
Cuando a tí te pase eso, NO COMAS porque solo estarás alimentando tu hambre emocional (y eso es un círculo vicioso). Dale a esa 'hambre' unos minutos para que se te pase. Muchos nutricionistas recomiendan un vaso de agua para situaciones como estás, sin embargo, (basado en mi propia experiencia), añádele Crystal Light y verás como se te quita.
Ojo: en la fase premenstrual el nivel de azúcar en la sangre baja lo que nos incita a comer más, sobre todo alimentos dulces.