Como evitar la celulitis con la alimentación, suplementos y ejercicio

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Se define a la celulitis como una infección en la piel y los tejidos más profundos. La causa más común de la infección es el estreptococo del grupo A (grupo de bacterias formado por cocos grampositivos pertenecientes al filo firmicutes y al grupo de las bacterias ácido lácteas).

Se le conoce comúnmente como el acumulamiento de tejido adiposo en determinadas zonas del cuerpo, formando nódulos adiposos de grasa.

Aunque no es una enfermedad, existen distintos grados de celulitis, la blanda, la dura y la mayormente conocida, la celulitis esclerótica, llamada también piel de naranja.

El factor hormonal también se encuentra entre las causas que provocan la aparición de la celulitis, aunque el sedentarismo, el uso de ropa ajustada y no comer adecuadamente son factores determinantes para su aparición.

Una curiosidad importante es observar que la celulitis sólo afecta a las mujeres, ya que el hombre, aunque padezca de una importante obesidad, nunca padecerá de celulitis. Esto induce a pensar que está relacionado con las hormonas femeninas como la progesterona, que potencia la acumulación de grasas y los estrógenos, que aumentan la retención de líquidos.

Por esta razón, la celulitis aparece o bien aumenta de forma significativa en la pubertad, en el embarazo y en la menopausia.

Además, la celulitis se ve beneficiada por las características propias del tejido adiposo femenino y su disposición vertical.

Entre las principales causas de su aparición, cabe destacar el factor hereditario, la ansiedad, la depresión, problemas relacionados con el sistema endocrino, problemas circulatorios, deficiencias en la nutrición, o bien deficiencias en los órganos que purifican la sangre. Si la causa de la aparición de la celulitis se identifica por una mala alimentación, es necesario adoptar una dieta basada en la selección de alimentos que produzcan la menor cantidad de toxinas posibles. Como es habitual, esta dieta debe de ser rica en zumos de frutas, tisanas, verduras y hortalizas, eliminando el consumo de bebidas alcohólicas y con gas, café, condimentos picantes, productos en conserva, pan blanco, mariscos y pescados con exceso de grasa, manteca y quesos. A ser posible evitar situaciones de estrés, ya que los nervios o la ansiedad empeoran o desencadenan el proceso celulítico, y por descontado el consumo de tabaco, ya que dificulta la buena circulación e impide la correcta absorción vitamínica.

Una vez ha aparecido la celulitis no existe un tratamiento capaz de curarla definitivamente, pero existen una combinación de tratamientos que pueden mejorar notablemente su condición.

Alimentación a tener en cuenta para evitar la celulitis

En primer lugar hay que centrarse en llevar una dieta adecuada, acompañada de la realización de masajes drenantes y complementarios con ejercicio físico moderado, para mejorar la circulación sanguínea y generando una pérdida de grasa corporal. Pueden utilizarse infusiones de cola de caballo, por ejemplo, para ayudar a eliminar toxinas del cuerpo y así combatir la celulitis. Alimentos como la cebolla actúan también como diuréticos que pueden despejar el exceso de grasa en las células de la piel. Por lo general, no hay más remedio que modificar la alimentación y adquirir buenos hábitos alimenticios para ayudar a eliminar toxinas y a bajar de peso.

Suplementos nutricionales para evitar la celulitis

Pero en el mercado existen una variedad de tratamientos que deben de contener siempre principios activos que actúen sobre los tres tejidos involucrados en la celulitis, la microcirculación, el tejido conectivo y el tejido graso. Estos productos se pueden presentar en forma de comprimidos, cápsulas, cremas o sprays.

Aquí puedes ver todos los suplementos indicados para la celulitis y leer sobre cada unos de ellos: http://www.suplments.com/natural/indicacion-celulitis

Ejercicio

Por otro lado, los ejercicios aeróbicos queman grasas y por tanto ayudan a eliminarla, combatiendo la celulitis. Cuando esta afección resulta muy grave puede recurrirse a una intervención quirúrgica, mediante un previo examen clínico.