A la hora de resolver problemas tendemos a usar estrategias de pensamiento algorítmicas (aplicar fórmulas, análisis, procedimientos, síntesis, deducciones, inducciones, comparaciones...). Sin embargo, cuando nos encontramos con cierto tipo de problemas y desafíos que no somos capaces de resolver por esta vía, recurrimos a otro tipo de estrategias más imaginativas que tienen que ver con el pensamiento creativo. De ahí que sea tan importante trabajar la creatividad desde la infancia.
Las fases del proceso creativo
"Divide y vencerás" decía Julio César. En la creatividad también podemos recurrir a dicha estrategia para romper el folio en blanco y estimular nuestro pensamiento creativo ya que el proceso puede descomponerse en una serie de etapas o fases bien diferenciadas. En cada una de ellas conviene trabajar de una manera particular, por ejemplo, buscando la divergencia (para generar muchas ideas), la convergencia (para acotar nuestro marco de actuación), la experimentación (el objetivo es cosificar la idea), la validación (su finalidad es poner a prueba nuestra idea y aprender), etc.
Todas estas etapas siguen un orden cronológico y conforman una secuencia de trabajo o metodología que conocemos como design thinking (si quieres acceder a una miniguía en castellano te recomiendo este enlace). En la siguiente infografía he recogido de manera muy esquemática esta secuencia de trabajo. Su utilidad radica en que podemos aplicarla a ámbitos profesionales muy distintos.
A grosso modo, como comentaba en el post sobre hábitos súper efectivos para mejorar la creatividad, lo que perseguimos a través del pensamiento creativo es mirar la cotidianidad desde una perspectiva distinta, descubriendo matices y conexiones que resultan menos obvias. Pero para que el proceso de comienzo, antes de nada, la creatividad debe apuntar en una dirección concreta, es decir, debemos identificar un reto o un problema que nos invite a movilizar nuestros recursos cognitivos. De ahí que sea tan importante comenzar con la fase de conceptualización (definición y comprensión del problema).
Por otro lado, teniendo en cuenta que el pensamiento creativo utiliza una serie de recursos mentales propios del ámbito onírico y de la imaginación propiamente dicha, es importante incorporar elementos visuales y narrativos que conecten con esta nueva realidad. Por tanto, si las estrategias algorítmicas requieren de fórmulas, análisis, etc., para el pensamiento creativo recurriremos a dibujos, historias, juegos, prototipos, etc. Para ampliar información sobre la fase de prototipado te recomiendo que leas las siguientes entradas:
Creatividad y trabajo en equipo
El pensamiento creativo es parte de la configuración mental del ser humano y se alimenta de nuestra individualidad. Esto es lo que hace que personas distintas encuentren soluciones o enfoques diferentes para un mismo problema. No obstante, el proceso creativo puede enriquecerse cuando se unen distintas perspectivas y se trabaja en equipo. Ahora bien, ya sabemos que si no se aplican ciertas reglas de juego para el trabajo en equipo, el resultado final puede hacer que el conjunto sea menor que la suma de las partes. En definitiva, la creatividad durante el trabajo en equipo adquiere una dimensión especial teniendo en cuenta que las capacidades individuales pasan a integrarse en una estructura más compleja. Si te interesa el tema puedes ampliar información en la entrada Cómo aumentar la creatividad en equipos de trabajo.
Por cierto, si quieres saber cómo he elaborado la infografía te lo explico en este videopost.
Psicólogo / Humanista digital / Emprendedor Ayudo a empresas y organizaciones en sus procesos de cambio y transformación. La consultoría de formación es una de mis herramientas de trabajo para lograr resultados tangibles.