Los científicos modernos han analizado el mundo que nos rodea. Einsten descubrió, entre otras muchas cosas, los cuantos de luz, que eran pequeñas unidades de energía. La combinación de esa energía es la materia que nos rodea y forma parte de nosotros.
Esa nueva visión en Occidente (finales del S.XIX, principios del S.XX) formaba ya parte de la cultura popular en Oriente expresada en la siguiente afirmación: “Todo lo que existe es energía. La energía es la realidad básica que se condensa, se equilibra y forma la materia”.
Con la aportación de Einstein (E=mc2) quedó probado científicamente que materia y energía guardan una estrecha relación, llegados este punto, cabe plantearnos como funciona esta energía a nivel general y en nuestro cuerpo.
La primera consideración a tener en cuenta es que la energía no puede ser buena o mala por sí sola, sino que existe una intención con la energía enviada, por ejemplo, la bomba de Hiroshima era una energía mal usada, el Reiki usa una energía bien direccionada.
En una persona sana, energéticamente hablando, la energía atraviesa libremente nuestro cuerpo, fluyendo a través de los chakras, meridianos,… del cuerpo humano. Esta energía hace que nuestros órganos y células funcionen adecuadamente.
En una persona energéticamente débil, la energía no puede fluir por esos centros y caminos, eso hace que surjan los nudos o bloqueos energéticos, ocasionando mal funcionamiento de los órganos, enfermedades,…
La técnica Reiki utiliza la energía universal, esa que todos poseemos, hombres, animales, plantas,… el profesional del Reiki canaliza dicha energía gracias a los conocimientos adquiridos de sus maestros y distribuye esa energía a las zonas afectadas con el fin de mitigar y solucionar esos nudos o bloqueos.
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