Desde todas las partes, nos llegan mensajes de grandes dirigentes y personalidades del mundo de las empresas que nos lanzan dos mensajes: que las personas son el talento más valioso de las empresas y que el trabajo en equipo y colaboración global es clave para la supervivencia y avance de esas organizaciones.
Por supuesto, estas frases categóricas luego deben venir acompañadas de hechos reales. Personalmente, soy de la opinión de que el trabajo en equipo en las empresas donde todos se ayuden e interactúen en el nuevo mercado laboral que se nos presenta es vital y diferenciador.
Pero… ¿Es la realidad? Muchas veces los dirigentes de las empresas, los jefes de cada departamento y las personas que tienen personas a su cargo no fomentan el trabajo en equipo. Esto hace mucho daño. Suelen hacerlo porque esto permite tapar sus carencias y que sigan en el poder con esa falta de unión corporativa departamental e interdepartamental, que claramente, es una gran flaqueza que las empresas no se pueden permitir. Los responsables en muchas ocasiones omiten, transforman o manipulan la información real a sus equipos en función del resultado que quieran obtener. Los sistemas de comunicación en las organizaciones no funcionan porque sean malos por si solos sino porque las personas encargadas de hacer que la información fluya le ponen trabas.
Trabajar en equipo supone estar dispuestos a colaborar, ayudar a los demás, interactuar y participar en lo se pueda precisar y que beneficie a la organización. Sin embargo, ¿en cuántas empresas ocurre esto? Lógicamente es una respuesta con múltiples opciones en función de nuestras experiencias profesionales.
Normalmente, en muchas empresas parece que cada departamento o área profesional sea una organización o pyme diferente con intereses y objetivos diferentes. Es decir, parece que el objetivo de cada área sea propio y no común para el bien de la organización. Esto genera un perjuicio a los clientes finales y esto repercuta negativamente en la empresa y directamente en los que formamos parte de esa empresa. Tener a los clientes descontentos puede generar que se tengan menos pedidos y esto traiga en consonancia la necesidad de recortar personal.
Por supuesto, que en una empresa nos encontramos con personas de todo tipo y condición. Sin embargo, por encima de que nos caigan mejor o peor debemos ser profesionales y colaborar con ellos cuando sea preciso. Esto lo debemos hacer por el bien de la compañía en la que trabajamos para que las cosas sigan marchando bien. Aunque a veces nos encontramos con odios internos irrecuperables que repercuten en batallas internas de poder. Y claro está que no todo el mundo ha de llevarse bien, pero sí que las cosas deben hablarse y saber separar lo personal de lo profesional.
La cúpula de la empresa debe fomentar la colaboración y trabajo en equipo desde las diversas áreas. Siendo necesario hacer ver la importancia de ayudarse unos a otros por el bien común. Los líderes deben mostrar tolerancia cero a la falta de compañerismo, prestación de ayuda y actitudes egoístas a nivel corporativo. Si esta fuese la norma se evitarían muchas licencias de determinadas áreas o personas que son consentidas por los jefes. No podemos pretender que un departamento ayude a otro, cuando al producirse la situación contraria se le ha negado la ayuda. La colaboración debe ser reciproca. Muchas personas solo piensan en “encasquetar” trabajo a los recién llegados y así poder vivir mejor. Este tipo de acciones deben evitarse porque las delegaciones deben venir decididas por los responsables y justificadas de forma objetiva. A veces no significa estar cargado de trabajo el repetir constantemente y gritando por todas las esquinas “cuanto trabajo tengo” “No llego” “Necesito ayuda” y múltiples expresiones similares. La realidad a veces supera a la ficción. El trabajo se ve por la productividad conseguida por cada persona y esto tiene que venir con objetivos marcados a cada persona dentro de cada equipo. No olvidemos que lo que no se mide no se puede mejorar.
Las personas debemos ser conscientes que trabajamos todos por el mismo fin que es hacer que la empresa consiga los mejores resultados posibles y esto nos beneficiara a todos.
Tampoco podemos olvidar que, a veces, determinado resultado tiene múltiples interpretaciones en función de qué persona de la organización las intérprete. Si algo sale defectuoso el cliente no tiene la culpa y lo que tenemos que intentar es darle una solución lo antes posible. Las grandes compañías se ven ante los situaciones complicadas. Sin embargo, muchas organizaciones, cuando algo falla, en vez de buscar una solución tras analizar lo ocurrido, lo primero que hacen es echarse la culpa de unos departamentos a otros sin prestar atención a lo importante que es el cliente.
Otra faceta que me encanta del trabajo en equipo es el enseñar lo que hacemos a los demás. He escuchado más de lo que me gustaría estas frases: “A mí no me pagan por enseñar a los demás” “Si le han dado ese puesto ya tiene que saber” “Yo cuando empecé en esta compañía me tuve que buscar la vida”. Obviamente, una persona no puede saber de todo, aunque también está claro que todos, con interés, podemos aprender cualquier cosa. Sin embargo, desde las empresas se debe fomentar la formación interna en equipo donde unos nos enseñemos a otros lo que sabemos. Esto repercute en el beneficio corporativo. No podemos negar que existe mucho miedo a enseñar lo que hacemos a los demás por dejar entrever que somos prescindibles. Lo que debemos asumir antes o después que nadie es imprescindible. Claramente, unas funciones son más necesarias que otras y que cada persona tenemos una forma de acometerlas. Las empresas seguirán sobreviviendo aunque nos vayamos porque están por encima de sus personas.
Está claro que hablar es muy fácil y que este tipo de afirmaciones pueden generarme muchas opiniones encontradas. Sin embargo, no podemos negar la realidad. Trabajar en equipo no es fácil, pero no es imposible. Todos debemos tener claro que nos vamos a equivocar y que otras personas de nuestra organización nos pueden enseñar otras formas de hacer las cosas y viceversa. No podemos pretender siempre tener razón. La cuestión es encontrar la mejor forma de hacer las cosas con independencia de quien parta la idea.
¿Cómo funciona el trabajo en equipo dentro de vuestras organizaciones? ¿Qué tipo de experiencia positivas y negativas tenéis con el trabajo en equipo? ¿Cómo se puede fomentar el trabajo en equipo dentro de las empresas?