Aprovechar la profesión y conocimientos de los padres de tus alumnos para enriquecer la labor docente me parece una idea muy acertada por parte de la tutora de mi hijo mayor que cursa 4º de primaria en un colegio público de las islas Baleares. En más de una ocasión me ha invitado a realizar talleres relacionados con la asignatura de Conocimiento del Medio a lo que yo acepto encantada porque, en esos momentos me siento realmente parte de la comunidad educativa, no podemos olvidar que los padres llevamos el 75% de la educación de nuestros hijos, el resto, es el trabajo en clase. Ambos (padres y profesores) debemos colaborar muy estrechamente y en consonancia con los objetivos docentes que se persiguen. En éste sentido las asociaciones de padres (AMPA’s, APA’s, APIMA’s) deberían también implicarse más en la transmisión de conocimientos a los peques, facilitando al profesor recursos humanos (los propios asociados) que pudieran aportar valor a la calidad de la enseñanza del centro, los beneficiarios de todo ello son nuestros hijos!!!.
En esta ocasión el tema a tratar era “Los Ecosistemas”, mi primera idea consistía en una visita al bosque más cercano, viendo la naturaleza, sintiéndola, y así, guiando la observación con detenimiento se aprende, ya que se trata de aprender y que esto perdure en sus corazones. Las salidas al campo no siempre son posibles y en éstos casos la siguiente dinámica de clase es una idea que os presento como alternativa para una sesión de 50 min. aprox. Evidentemente se trata de un ejemplo muy concreto de una región del planeta, pero, utilizando los conocimientos adecuados, puedes adaptarlo al país donde te encuentres.
Teniendo en cuenta la estructuración del contenido del libro que utilizan en clase, decidí comenzar con una breve charla de 15 min apoyándome en los recursos TIC. Los situé primeramente en el mundo con un mapa de las zonas bioclimáticas donde no hay fronteras políticas sino climáticas, pudieron ver que el Clima Mediterráneo no solamente se da en los países en torno a éste “mare nostrum” sino también en algunos puntos de América del Norte (California), América del Sur (Chile), Sudáfrica y Sur de Australia. Aunque la variabilidad de ecosistemas en las islas Baleares es notoria, decidí centrarme de forma muy genérica en dos de ellos: Un ecosistema terrestre – Encinar en la Serra de Tramuntana (Patrimonio de la Humanidad) – y un ecosistema acuático/humedal (además muy característico del Mediterráneo) – Parque Natural de S’Albufera de Mallorca – . Hablamos de la flora y vegetación típicas, de sus adaptaciones, los animales terrestres, las aves, algunos insectos, haciendo incapié en el valor de las especies endémicas, sin olvidar el papel del hombre en todos ellos, cómo ha utilizado y utiliza (en el caso de s’Albufera) sosteniblemente los recursos naturales y por ello ahora están relativamente bien conservados.
Para acabar con la presentación y como preludio a la dinámica posterior, pensé que sería interesante situarles en el contexto histórico de la edad antigua imaginándonos qué paisaje hubieran visto y disfrutado los primeros pobladores de Baleares. Con la imagen de un “hondero balear” (antiguos pobladores de las islas) a mi espalda hablamos de éstos magníficos guerreros que defendieron su tierra de la invasión romana durante aproximadamente dos años que duró la conquistay su pericia en el manejo de la honda, capaces de abatir escudos a 100 m de distancia. ¿Cómo era el medio ambiente de Mallorca en época de honderos?, según los datos que dispongo de fitosociología y salvando las situaciones edafófilas, la vegetación potencial del territorio mallorquín es básicamente un encinar mediterráneo, dominado por la nobleza de la alzina (Encina – Quercus ilex) pero con características típicas baleáricas en su cortejo florístico y dependiendo de la situación climácica, más seco o más húmedo. Así pues, cual honderos, nos dispusimos en círculo (25 niños y niñas) y cada uno de ellos debía pensar en algún elemento (biótico o abiótico) de ese bosque (incluyendo al hondero por supuesto!). El primero de los niños dijo:
- una encina!, tomó el extremo de una bobina de hilo (nylon transparente o hilo de coser fuerte), el siguiente comentó,
- agua! , y como el agua es necesaria para la encina agarró también el hilo,….
De ésta manera, cada vez que un niño decía un elemento pensábamos entre todos de qué manera se relacionaba con los demás que se habían comentado y pasábamos el mismo hilo por todos y cada uno. Al final creamos una intrincada red de relaciones, cuantas más relaciones la red se hace más firme, más estable, consolidada. Es importante hacer ver que cada elemento es importante y si falta una relación el sistema de desequilibra y se ven afectados los demás del conjunto. Se dieron cuenta gráficamente que, por ejemplo, el alumno que dijo – hormigas! que tradujimos luego en insectos del suelo, estaba agarrando unos 10/15 trozos de hilo, ¿y si los soltamos porque ya no hay insectos del suelo? ¿qué pasaría?, todo importa, todo tiene su lugar, su función, incluso las que desconocemos, que son muchísimas aún.
Me quedé muy satisfecha con la actividad, se les veía implicados y participativos, espero que la próxima ocasión en que salgan al campo con el cole o sus familias, se paren a pensar en todas éstas conexiones y se sientan parte de ellas.
NOTA: Os dejo como reflexión el comentario que me hizo luego mi hijo (9 años) en casa– “mamá, me gusta mucho cuando vas al cole a darnos la clase, no sólo porque nos divertimos sino porque dejamos un rato de tanto escribir y escribir”.
Dessire Sicilia, Doctora en Ciencias Biológicas y madre!.