La importancia insustituible e incuestionable de la representación es la base de la democracia sostenible. Pero los partidos políticos en España son ya percibidos como el «problema». ¿Por qué?
El futuro de la representación es esencial para el futuro de la democracia, especialmente porque la representación es la principal fuerza impulsora de los procesos e instituciones políticos para apoyar, progresar y alcanzar los objetivos de la democracia. Las formas tradicionales de representación política están bajo una presión cada vez mayor en todas las regiones del mundo, también en España, y la mayoría de los ciudadanos tienen poca confianza en los partidos políticos.
Varios barómetros sociales de todo el mundo sugieren que los partidos políticos se encuentran entre las instituciones menos creíbles de la sociedad. Sin embargo, también refleja una forma de pensar cada vez más crítica entre los ciudadanos y, por lo tanto, representa un estímulo positivo para la reforma y transformación de los partidos políticos y la política en general. Incluso hay quienes, abogamos por una democracia directa en la que los partidos, incluso los políticos, tengan un papel diezmado, orientador, informador… y sean en gran arte sustituidos por técnicos y especialistas elegidos y vigilados estrechamente y directamente por los ciudadanos.
En este contexto, el hecho de que los partidos políticos no representen suficientemente a los distintos grupos de la sociedad, la falta de inclusión, la incapacidad para responder a las demandas de los ciudadanos y la evidencia de una corrupción persistente socavan la confianza en los partidos políticos.
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