7 actividades que no podemos olvidar programar, según la ciencia
¿Te sientes exhausto al final del día sin entender bien por qué? ¿Tienes la sensación de que tras una larguísima jornada de trabajo, no has sido nada productivo? ¿Te distraes a menudo con pequeñeces cuando intentas realizar alguna tarea realmente importante? ¿Sientes que has perdido conexión con tu familia, amigos o compañeros? ¿Crees que podrías tener un mayor nivel de energía, ser mucho más productivo y disfrutar mucho más de la vida?
Si alguna de estas preguntas resuenan en ti, estás de suerte.
Importantes descubrimientos científicos sobre el funcionamiento de nuestro cerebro, nos apuntan algunas de las actividades que no debemos olvidar incluir en nuestras agendas, para maximizar nuestro rendimiento mental.
Así como todos sabemos que una alimentación basada en una dieta equilibrada y variada, nos aportará más salud física, también una variado y sano menú de actividades, favorecerán una mente al máximo rendimiento, para un alto nivel de bienestar personal.
Los prestigiosos investigadores y divulgadores de las Neurociencias Dr. David Rock y Dr. Daniel Siegel han propuesto lo que denominan Dieta Mental Sana. Y dentro de esa “dieta” (no se refieren a la alimentación) incluyen las 7 actividades que no deberían faltar en nuestras agendas semanal, e incluso diariamente, para lograr ese objetivo. ¿Te canto el menú?
- Tiempo para dormir (Sleep time). Cada vez se conoce con más detalle los efectos devastadores de la falta de sueño. Disminución de la concentración, de nuestra creatividad y memoria, pérdida de agilidad, mayor tendencia a postergar y procastinar,… Puedes ver una lista de efectos en este artículo. Los expertos nos indican que sólo a un 5% de la población le basta con 6 horas o menos de sueño. Para el resto, un mínimo de 7 u 8 horas diarias. Y no olvidemos que el sueño ¡no se recupera! Por no hablar de los enormes beneficios, constatados, que una breve siesta aporta a nuestra capacidad cognitiva.
- Tiempo para actividad física (Physical time). De forma paradójica, la ciencia apunta que lo que ayuda a reforzar la capacidad de adaptación y regeneración del cerebro, retrasando su envejecimiento es: la actividad física. El tan viejo y manido Mens sana in… En cambio, el software y “maquinitas” varias con ejercicios para “entrenar y desarrollar” nuestros cerebros: pues los podemos tirar a la basura. Eso dicen los que saben, y no venden maquinitas de esas, digo yo
- Tiempo para jugar (Play time). Sí, sí… has leído bien: JUGAR. Y a poder ser, en compañía. Los investigadores han descubierto que el juego que implica disfrute, constituye uno de los sistemas emocionales básicos e innatos de los seres humanos. Tiene un enorme papel en el aprendizaje, en el desarrollo de las emociones y en nuestras habilidades sociales. Por jugar entendemos cualquier actividad espontánea y creativa, que nos haga disfrutar, reír y descubrir nuevas experiencias. Fijémonos en los niños pequeños y en las crías del resto de mamíferos. ¡No dudaremos!
- Tiempo para socializar (Connecting time). Relacionado también con el juego. Nuestro cerebro es un órgano eminentemente social. ¿Os habéis preguntado por qué no nos podemos hacer cosquillas nosotros mismos? Numerosos estudios indican los beneficios sobre nuestra salud de unas relaciones sociales sanas y que nos llenen. Y en el mundo físico, ¡no sólo por el Facebook de marras!
- Tiempo para la atención y concentración (Focus time). En un mundo permanentemente conectado, dónde disfrutamos de infinidad de distracciones, es esencial buscar tiempo para trabajar y entrenar nuestra capacidad para la concentración y atención, exclusivamente en la tarea que estemos realizando. Estudios demuestran que la multitarea (multitasking) NO funciona y es tremendamente improductiva. A pesar de nuestra sensación subjetiva de que “controlamos” y podemos hacer bien varias cosas a la vez.
- Tiempo para no hacer nada (Down time). Este concepto usualmente es el más difícil de explicar. No se corresponde exactamente con el concepto de tiempo para nuestros hobbies o actividades de ocio. Se trata de no hacer nada con un objetivo definido, o literalmenteno hacer nada. Espontaneidad e improvisación en un paseo no planificado, dejar vagabundear la mente, soñar despierto, o lo que técnicamente se denomina “tumbarse a la bartola”, son sólo algunos ejemplos de actividades (o mejor dicho, de NO actividades) que nos aportan, contra todo pronóstico, excelentes beneficios para nuestra eficiencia mental y nuestra creatividad.
- Tiempo para la introspección, estar aquí y ahora (Time in). Este concepto va más allá de simplemente relajarse o visualizar. Se trata de realizar una actividad que nos permita ser más conscientes de nosotros mismos, “conectados” con nuestro interior y con lo que hacemos en cada momento. Se consigue perfectamente mediante la práctica seria y regular de la meditación. O a través de un concepto más básico y comercial, como es el conocido mindfulness. La meditación seria, nos ayuda a tomar consciencia de nuestras emociones y comportamientos automatizados. Y eso nos permitirá concentrarnos más y mejor, tomar decisiones más rápidas y acertadas, manteniendo un mejor estado anímico que nos permita escoger, a voluntad, nuestros comportamientos y mejores acciones.
¿Volvemos a revisar las agendas? ¿Podemos programar mejor nuestro bienestar personal?