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Cómo gestiono una situación de gran estrés y frustración

Publicado el 25 febrero 2018 por Davidtorne @davidtorne

Cómo gestiono una situación de gran estrés y frustración

Todos vivimos situaciones de gran estrés y frustración. Algunas de ellas son recurrentes y nos llegan a causar un gran número de problemas.

¿Y qué tiene que decir a ello el mundo de la productividad personal? Los pequeños retazos de conocimientos recogidos en los últimos años se combinan para dar respuesta a situaciones que vivimos a diario.

Te presento una situación en la cual me encuentro de forma recurrente y que me genera una gran cantidad de estrés.  ¿Crees que la efectividad personal me puede ayudar a comprender que me pasa y darle una solución?

Como se desarrolla mi trabajo

Para ponerte en contexto…

Estoy creando una funcionalidad nueva para el software desarrollado por mi empresa. El análisis proporcionado especifica características y también me ofrece una estimación del coste en horas de cada tarea.

Después de un primera lectura esbozo un breve esquema con los principales pasos a dar y las dificultades a tener en cuenta. Es un plan de trabajo suficiente para ponerme en marcha.

Es un trabajo exigente pero me absorbe, tengo la suerte de trabajar en lo que me gusta.

El trabajo avanza, las horas pasan hasta superar el tope de tiempo asignado. No pasa nada, todos los miembros del equipo entendemos que se trata de una cifra orientativa. Nunca ha sido un problema que genere grandes tensiones en la empresa.

¿Cuando surge el estrés?

No logro cerrar el proyecto.

He llegado a un punto crítico en que casi he doblado la previsión de tiempo. Hay algo que no acaba de funcionar, falta poco pero hay complicaciones. Parece que he entrado en una rueda de imprevistos y contratiempos a resolver de la que no puedo salir.

En este punto es cuando todo empieza a ir cuesta arriba. Cada vez lo veo más negro, me siento como si me hubiera metido en un callejón sin salida.

Trabajo con una angustia permanente, me siento presionado y me empieza dominar el discurso interno negativo. Me siento mal conmigo mismo y con mi trabajo.

En este momento entro en un círculo vicioso donde el estrés limita mi capacidad para razonar, actuar de forma asertiva y por tanto, de resolver.

La visión de túnel

Una visión de túnel es una distorsión cognitiva en la que sólo observas un número reducido de aspectos de la situación en la que te encuentras inmerso. Creas un filtro reduciendo la percepción de la realidad a los detalles negativos de un escenario mucho más amplio.

Se produce cuando estoy (estás) inmerso en una situación de normalidad y algo dispara mi modo ‘alerta’.

Entro en estado de vigilancia. Sensaciones físicas transforman mi modo de respuesta a circunstancias totalmente normales. Actúo de forma totalmente reactiva.

Todo empieza con una leve tensión física y la necesidad para localizar la fuente del problema para solucionarlo y volver a una situación de normalidad. Esta leve sensación física es la que condiciona mis acciones.

Pensamientos distorsionados: filtraje o visión de túnel

Cómo transforma mi percepción

Nadie me está presionando, ni me está exigiendo que termine. Pero mi percepción es distinta, trabajo como si tuviera un yugo en el cuello.  Yo he construido esta percepción, me he alejado de la realidad entrando en una burbuja de estrés y negatividad creada por mí mismo.

La solución al problema requiere ganar perspectiva y analizarlo con una visión más global. Quizás la mejor solución es otro planteamiento y no insistir en la mismo una y otra vez.

“No soy capaz de parar, relajarme y resetear el mis pensamientos negativos para recuperar la claridad”

Para que lo entiendas, la situación acaba siendo la misma que la de un conductor que intenta sacar su vehículo de un callejón sin salida sin utilizar la marcha atrás, no por una cuestión de incapacidad sino porque esta tan empeñado en ir hacia adelante que ya no tiene en cuenta que tal vez la mejor opción sea ir hacia atrás.

¿Cómo puedo salir de esta percepción?

Tengo que encontrar una forma para detenerme y romper la inercia que no me permite ver más allá de lo evidente. Con el tiempo he reducido las vías de escape a tres realmente eficientes:

Hacer una pausa

Parar y romper el flujo negativo de acciones y pensamientos el descanso debería ser proporcional a la intensidad de la situación de estrés.

Si el pozo donde me he metido es profundo necesito una desconexión Premium. Quizás no me vale con un café en la máquina de la oficina, tal vez tengo que ir a dar una vuelta y sentarme a hacer el café fuera, dejando de pensar en el trabajo un rato.

Quizás no puedas abandonar tu puesto de trabajo pero puedes aprovechar la hora de comer o el fin de la jornada para olvidarte de los problemas y tranquilizarte. He aquí la importancia del tiempo de calidad.

Encontrar una actividad de descarga

Necesito ganar perspectiva y redibujar una imagen de la situación lo más ajustada posible a la realidad. ¿Cómo? Yo utilizo la escritura. Una hoja en blanco siempre me ha parecido una buena vía para aclararme

En el trabajo lo hago sobre un documento de Word en blanco, en casa sobre un cuaderno y con pluma para hacer la experiencia más agradable.

Descargo toda la información de la que dispongo, como si de una gran recopilación o un inventario de ideas se tratara. Con calma ordeno los conceptos e intento encontrar una causalidad.

“Escribir no es más que razonar de forma tranquila conmigo mismo”

El proceso ayuda a encajar piezas, a menudo sucede de forma automática. Escribir no es más que razonar de forma tranquila contigo mismo, te devuelve a la calma, algo capital en una situación como la descrita.

Pedir ayuda

Cuando he perdido la perspectiva y mi razonamiento está bloqueado busco alguien que me preste su capacidad y su serenidad.

El hecho de que un compañero se siente a tu lado mejora en el acto la situación. Me he dado cuenta de que es la forma más sencilla de reventar la burbuja de malestar en la que estoy atrapado.

Otra persona ve las cosas desde fuera del problema, sin los perjuicios y condicionamientos con los que me he ido cargando.

Dialogar con la otra persona, explicarle la situación en voz alta me ayuda a ordenar ideas y sosegarme. Algunas veces con una simple conversación es suficiente para hacerme ver las cosas de otro modo.

Tengo que ser sincero. A pesar de ser el más eficiente para mí es el más duro. Pedir ayuda parece admitir una falta de valía pero nada más allá de la realidad. Se trata de una creencia limitante que todos deberíamos desterrar.

Y eso es lo que hay. Si esperabas respuestas fáciles o un post con una lista de trucos para solucionar situaciones te frustrantes equivocas. El pensamiento mágico no soluciona nada.

Cierro el post una vez más remarcando la inteligencia emocional como una habilidad clave afrontara la complejidad de la vida actual. Crear la capacidad para observar cómo reaccionamos a nivel físico y mental ante ciertas reacciones nos libra de caer en el comportamiento automático y la reactividad.

La situación presentada es muy personal pero piensa en los momentos donde te gobierna la tensión y pasos a actuar de forma automática. Te ves capaz de comentarlo me alguna (déjame tu comentario)

Photo by Dmitry Ratushny on Unsplash


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