“Eres igualita a mi. No lo niegues. Sentimos lo mismo!”…
Posiblemente al leer estas palabras pienses de todo menos cosa buena. Iguales imposible pero parecidas, un poco…
Todas sentimos que tenemos los mismos problemas e inquietudes y aunque es verdad que las circunstancias son distintas, las bases de dichas necesidades son las mismas.
Por ejemplo: soy mujer y tengo dos hijos. Mi concepto de conciliación, de equilibrio laboral y personal depende de si:
.- Tengo pareja o no.
.- Vivo en mi casa o comparto casa con familiares (padres, hermanos, amigos…).
.- Tengo familia cerca o no (abuelos, primos, hermanos, tíos…).
.- Trabajo a jornada completa, a media jornada, por cuenta propia o ajena, no trabajo.
.- Mi pareja trabaja o no trabaja.
.- Mis niños están o no en edad escolar.
.- Educo en casa o mis hijos van a la escuela.
Desde la sociedad en la que vivimos recibimos constantes mensajes que interiorizamos de un modo muy intenso, lo que nos impide sentir como realmente queremos y hacer lo que realmente necesitamos. Si nos damos cuenta podremos adaptar ese “mal común” o “mal del momento” a nuestras circunstancias y hablarnos a nosotras mismas con optimismo, confianza y aceptación.
Actualmente está de moda la “sociedad del bienestar” pero aún nos queda mucho para:
.- Dejar de sentirnos mal cuando nos elogiamos a nosotras mismas.
.- Sentir que sí nos merecemos todo lo mejor, le pese a quien le pese.
.- Saber que estamos aquí, no para sufrir sino para crecer, aprender y aportar.
.- Ponernos en primer lugarsiempre. Si estoy bien, el mundo lo notará.
.- Sentir que estas bien contigo misma y sonreír es sano y motivador.
Cuando os hablo de sentiros bien, de sonreír, de ser optimistas para nada hago referencia a la pamplina, al orgullo, a la soberbia ya que es imposible tener la solución de todos los problemas y es imposible incluso no tener problemas.
Gozar de ti misma, aceptarte, quererte, ponerte en primer lugar es sinónimo de:
.- Respetarte a ti misma, para ser eficaz y poder vivir de modo consciente.
.- Ponerte en primer lugar para estar de tu lado y detectar todas tus emociones sin esconderlos.
.- Ser responsable de tu vida, de tus deseos, de tus logros para elegir que vida vivir.
.- Ser honesta contigo misma y vivir acorde a tus valores y no a los de los demás.
.- Actuar acorde a lo que deseas para que tu mente, tus palabras y tus hechos vayan en la misma línea.
Pero… ¿cómo hacerlo?
1.- Deja atrás los miedos al que dirán, al qué opinarán y al que querrán los demás de ti. Para gozar de ti misma, de tu vida, de tus circunstancias actuales, cambia el miedo por la ilusión y las ganas.
2.- Tú eres única, brillas con luz propia por lo que no tienes que compararte con nadie. Nadie vive tu vida y tu no puedes vivir la vida de los demás.
3.- Si valoras lo que ya tienes podrás disfrutar de lo nuevo que te espera a lo largo de nuevo camino. No te limites. Simplemente, avanza.
4.- Aunque escuches la opinión de los demás, tú tienes la última palabra, la que conoce su vida, su rutina, sus necesidades por lo que, aprende a escuchar pero no hagas tuyos las críticas y opiniones de los demás.
5.- Deja de racionalizarlo todo o, por el contrario, de evadirte de la realidad y dejarte llevar. No dejes en manos del azar lo que tus manos pueden hacer. Esfuérzate por escribir o grabar los cambios que quieres o las nuevas realidades que necesitas, de modo que, te vuelvas consciente de tus 24 horas y asumas que, la responsabilidad es tuya, única y exclusivamente.
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