El Ginger Ale no siempre fue la bebida llena de jarabe de maiz transgénicos y enlatada en aluminio que conocemos hoy día.
Desde hace muchos siglos las culturas de todo el mundo han elaborado diversas formas de “sodas” fermentadas naturalmente a partir de tés de hierbas endulzados o mezclas de zumos de frutas.
Estas bebidas fermentadas naturales además contienen enzimas beneficiosas y probióticos para mejorar la salud y estaan muy lejos de las versiones poco saludables que tenemos hoy en día.
Hoy vamos a ver como podemos hacer nuestro propio Ginger Ale casero, y obtener una bebida rica y saludable al mismo tiempo llena de propiedades beneficiosas.
Si quieres ver todos los beneficios del jengibre, como se usa y como se puede plantar en casa visita nuestro artículo: Todo sobre el Jengibre.
Los principales beneficios de consumir Jengibre:
- Calmar los trastornos digestivos.
- Aliviar las náuseas (excelente en las primeras etapas del embarazo).
- Reducir la fiebre.
- Calma la tos y los problemas respiratorios.
- Estimular el sistema circulatorio.
- Ayudar a aliviar los dolores musculares y el dolor.
- Puede ayudar a eliminar la caspa.
Esta receta natural de Ginger Ale utiliza jengibre fresco y una mezcla de jengibre cultivado o fermento de jengibre(Haz click aquí para ver como hacer el fermento de jengibre) para crear una gaseosa naturalmente fermentada y con burbujas.
Aunque esta mezcla puede contener una pequeña cantidad de alcohol si se deja fermentar a temperatura ambiente durante semanas, utilizaremos el método de la infusión corta para crear una soda gaseosa sin el alcohol.
El ginger ale casero es calmante para las molestias digestivas y contiene probióticos y enzimas. Como con cualquier producto fermentado, yo sugeriría comenzar a tomar no mas de un vaso al día, ya que todos los probióticos y enzimas pueden causar malestar estomacal en aquellos que no están acostumbrados a consumir productos fermentados.
Pequeñas cantidades de esta mezcla pueden ser útiles al principio del embarazo y cuando se tiene malestar estomacal, para evitar las náuseas.
Esta receta hace unos 2 litros de ginger ale natural, aunque la receta puede ser ajustada hacia arriba o hacia abajo usando una proporción de ¼ taza de azúcar y ¼ taza de fermento de jengibre por cada litro de agua.
Receta casera de Ginger Ale Casero:
Esta receta rinde 2 litros y obtendremos una gaseosa de jengibre fermentada naturalmente que contiene probióticos y enzimas beneficiosas, de sabor dulce y agradable.
Ingredientes:
8 tazas de agua filtrada o agua mineral.
Un trozo de entre 3 a 5 centímetros de raíz de jengibre fresca, bien picada.
½ taza de azúcar de caña sin refinar o el equivalente en melaza, sirope de agave o sirope de arce.
½ cucharadita de sal marina.
½ taza de jugo de limón recién exprimido.
½ taza de Fermento de Jengibre.
Instrucciones paso a paso:
Primero prepararemos un “mosto” para nuestra gaseosa de jengibre colocando 3 tazas de agua, raíz de jengibre picada, azúcar, melaza si es necesario, y sal en una cacerola y llevamos a punto de ebullición.
Luego se mantiene a fuego lento durante unos cinco minutos hasta que el azúcar se disuelva y la mezcla empiece a oler a jengibre.
Retiramos del fuego y ponemos más agua. Esto debería enfriar la mezcla, pero si no es así, debemos dejarlo enfriar a temperatura ambiente antes de pasar al siguiente paso.
Agregamos el jugo de un limón recién exprimido y el fermento de Jengibre.
Transfiera a un frasco de vidrio de 2 cuartos de galón con una tapa hermética. Revuelva bien y ponga la tapa.
Luego dejamos en el encimera durante 2-3 días hasta que esté carbonatado.
Esta ultima etapa depende mucho de la temperatura y la mezcla puede necesitar ser removida durante este tiempo de fermentación en el mostrador. Cuando destapemos el frasco y sintamos el ruido característico de cuando destapamos una bebida gaseosa estará listo.
Guardamos en el refrigerador donde durará indefinidamente. Se debe colar antes de beber.
Algunas consideraciones:
Como con cualquier bebida fermentada de forma tradicional, esto es más un arte que una ciencia. El pronóstico depende en gran medida de la intensidad del fermento, la temperatura de la casa y el azúcar utilizado.
La mezcla final debe oler a jengibre y ligeramente a levadura/fermentación y debe tener gas. Tenga cuidado de que no se carbonice demasiado, ya que esto causará demasiada presión y puede resultar en un frasco explosivo.
La mezcla puede ser colada y transferida a botellas antes de ponerla en el refrigerador.
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