Revista Salud y Bienestar

¿Cómo hacer la lista de la compra? Y por qué hacerla…

Por Míriam Lihi
Lista de la compraFuente de la imagen: Adobe Stock

Planificar las comidas ayuda a comer mejor y ahorrar tiempo y dinero

La improvisación no suele ser sinónimo de alimentación saludable. Llegar a casa, abrir la nevera, mirar qué hay y en función de ello hacer la comida o la cena, puede ser a veces arriesgado, ya que probablemente faltarán ingredientes para hacer una comida completa. Se considera una comida completa, aquella que consta de una fuente de farináceos que aportan hidratos de carbono de absorción lenta (pasta, arroz, legumbres, patata, pan …); una fuente de vegetal crudo y / o cocido, que contienen principalmente vitaminas, minerales y fibra; y una fuente de proteína (carne, pescado, huevos …).

A menudo, cuando se improvisan los menús, falta uno de los tres elementos. Por ejemplo se elabora una comida sólo con un farináceo y una proteína, o bien sólo con un vegetal y una proteína. Esto serían comidas incompletas y desequilibradas.

Para tener una buena alimentación hay que planificar bien las comidas. Esta planificación se puede hacer con unos pocos días de antelación o incluso con varias semanas. Irá en función de la frecuencia con la que se realice la compra. Después de una buena planificación de las comidas, es necesario elaborar una lista con todos los ingredientes necesarios. Previamente, sin embargo, hay que revisar la despensa y la nevera para saber qué hay y qué falta.

¿Te fías de tu memoria?

A no ser que se tengamos una memoria de elefante es importante ir a comprar con esta lista, para no olvidarse nada. Pero también para no comprar cosas innecesarias o caer en la tentación de poner en la cesta alimentos superfluos, excesivamente calóricos y ricos en grasas y azúcares, que a menudo se colocan estratégicamente cerca de las cajas de los supermercados para tentarnos mientras hacemos cola para pagar.

Si se dispone de un poco de tiempo, vale la pena comprar tantos productos frescos como sea posible y huir de los alimentos envasados ​​y altamente procesados. Estos últimos tienen una menor riqueza nutricional y por lo contrario aportan mayor cantidad de aditivos.

Para comprar bien también hay que saber guardar las cosas

Una vez en casa hay que conservar cada alimento allí donde le corresponda, para que aguanten en las mejores condiciones posibles hasta el día de utilizarlos. La nevera alarga la vida de los alimentos, ya que preserva su descomposición y contaminación, pero no conserva los alimentos eternamente. Si se prevé no utilizar algunos alimentos frescos como la carne o el pescado en los próximos días, se pueden congelar, pero igualmente la congelación tampoco es eterna y hay que ir consumiendo los alimentos más viejos y haciendo rotación de stocks. Un buen método es poner la fecha de congelación a los alimentos, así sabremos cuánto tiempo hace que están en el congelador.

No tienes porqué cocinar las cosas el mismo día que las vayas a comer

Con la planificación realizada, basta con ir cocinando lo previsto. Si se dispone de poco tiempo, se puede también cocinar con antelación. Planificar los menús permite realizar comidas más variadas, equilibradas y ricas nutricionalmente. Por otro lado se reduce el estrés que genera el hecho de tener que pensar diariamente qué haremos para comer o para cenar, que para muchas personas puede resultar agotador.

Ahorra tiempo y dinero

Realizando una planificación de las comidas también se consigue ahorrar tiempo y dinero. Con una correcta planificación y con una buena lista de la compra evitaremos olvidarnos nada cuando vamos a comprar, así nos ahorraremos tener que hacer varios viajes al supermercado. Por otra parte, si cuando compramos nos ceñimos a la lista, conseguiremos un ahorro de dinero, porque evitaremos adquirir alimentos innecesarios o caer en la tentación de comprar alimentos poco saludables y muy calóricos como patatas fritas, bollería, golosinas …

Hacer una planificación alimentaria de este tipo lleva poco tiempo, pero permite hacer la compra más rápidamente, no olvidarse nada, ahorrar dinero y sobre todo comer más saludable. Y si queremos una planificación que se adapte a la perfección a nuestras necesidades nutricionales, que tenga en cuenta la salud y que se adapte a nuestros horarios y ritmo de vida, siempre podemos recurrir a un profesional de la nutrición para que nos confeccione nuestro plan nutricional personalizado.


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