Fotos fiesteras, tests poco serios o fanatismos vergonzantes. Todo puede ser usado en tu contra al aplicar a un empleo. Claves para configurar tu perfil en las redes sociales.
Después de dos entrevistas perfectas para un cargo gerencial en una empresa de turismo, no lo llamaron más. Inexplicable. Si hasta le habían presentado a sus compañeros de área. Niveles de paranoia al margen, la persona en cuestión nunca imaginó que no le darían el puesto por culpa de su Facebook. Sí, su perfil lo hundió. La consultora de Recursos Humanos que se ocupa de la selección de puestos jerárquicos para esta empresa de turismo hizo lo que hace desde hace un tiempo: revisar las redes sociales del candidato.
¿Qué se encontraron en este caso? Que la persona tenía muchos amigos en Moreno y que ese entorno denotaba una "ordinariez" que podría generar fricciones con su inmediato superior, un tipo de clase alta al que le gusta aparentar y estar rodeado de "cierto estatus". Así, tal cual, lo cuenta el head hunter que lo bajó y que pidió anonimato.
Las empresas lo niegan, las agencias de Recursos Humanos también ( "¡No, eso en nuestro país no pasa!" , le dijo a este cronista la directora de una). Sin embargo, pymes y multinacionales están usando las redes sociales para la selección laboral. "Nosotros usamos las redes sociales para chequear aspectos personales, ya sea para un puesto bajo o alto. Miramos sus fotos, los grupos a los que se unió, sus contactos, fiestas a las que asistió… todo eso puede ser determinante para elegir a alguien", dice el head hunter y especialista en selección de empleados. Y ejemplifica con un caso que parece inverosímil para estos tiempos. El de alguien que se presentó para un cargo de supervisor en una fábrica y a quien su Facebook delator dio a entender, por los grupos a los que se había unido, que era gay. Lo tacharon: "No por discriminación, sino porque era un puesto para una industria complicada, con muchos monos que no lo iban a respetar", es la explicación.
Andrea Churba, creadora del exitoso método Business Therapy (para potenciar la eficacia de los liderazgos en las compañías) y conocedora al dedillo del funcionamiento interno de las empresas, considera: "La gente no tiene conciencia de la dimensión que puede tener un dato subido a una red social. No hay una cultura incorporada de cuidarse con esas cosas. Yo trabajo con conflictos laborales y veo aparecer cada vez más el factor Facebook y cosas por el estilo".
El fenómeno es mundial
En Alemania, incluso, está por salir una ley que les prohíbe a los empleadores buscar datos en Facebook. Mientras tanto, parece haber dos caminos para evitar que las redes sociales se vuelvan el peor enemigo. El primero alude al sentido común: aumentar a niveles prudentes las configuraciones de privacidad. El otro requiere un poco más de esfuerzo mental, pero no sólo aleja los riesgos, sino que podría aportar réditos: manejar el Facebook con inteligencia para que se convierta en una carta de presentación impecable. Es lo que sostiene Ana María Gueli Enriquez, experta en inclusión laboral: "Si uno busca demostrar cómo es por su vestimenta, por su llegada puntual, por la actitud en una entrevista, por la imagen del CV, ¿por qué no va a usar el Facebook como una herramienta más en ese sentido?". Churba respalda esa afirmación: "En estos casos, hay que pensarse a sí mismo como un producto: nos vendemos en cada cosa que hacemos, y la venta no puede ser moldeada al azar. Entonces, hay que usar las redes sociales estratégicamente, con inteligencia y sin automatismos, pensando en el efecto que pueden tener". Además, de este modo se evita el embrollo que ocasiona un jefe cuando pide amistad en la red social de un empleado –otra práctica usual que no tiene justamente fines amistosos–: se lo acepta, se queda bien, se lo sorprende gratamente con lo que descubre y equivale a haberle cantado quiero retruco.
Como ser el empleado del mes
- Configurar la privacidad de la cuenta.
- No aceptar a gente que no se conoce.
- No unirse porque sí a cualquier grupo.
- Desetiquetarse en fotos comprometedoras o directamente no permitir el etiquetamiento.
- No participar en ciertos tópicos –concursos, tests, pruebas– que puedan parecer poco profesionales.
- Quitar las fotos en las que se aparece en estados o situaciones inconvenientes.
- Evitar publicaciones en donde se habla mal de la empresa, los superiores o de algún compañero.
- Si el jefe quiere ser amigo en Facebook, proponerle que lo sea en una red más profesional, como Linkedin.
- Si ya se decidió aceptar al jefe, ser responsable con las publicaciones.
- Ocultar los textos que contactos publicaron en el muro y con los que no se comulga.
- Chequear si no se figura en la red con un usuario uno no armó.
Por Ana María Gueli Enríquez
Asesora en Recursos Humanos, inserción laboral y desarrollo de carrera.
Autor: Santiago Casanello
Fuente: Brando