Siempre se ha dicho que trabajar colaborativamente es mejor que hacerlo individualmente, y así es: indudablemente los resultados son mejores y más ricos. La suma de individuos multiplica el resultado.
Lo que ya no está tan claro es que trabajar colaborativamente favorezca la productividad, si no se plantea correctamente lo más frecuente es que la suma de individuos divida su productividad.
Para que esto no sea así, existen una serie de puntos clave donde es necesario hacer hincapié:
- Escoge bien a los participantes: básate en su experiencia, motivación y habilidades, evita, si puedes, jerarquías de empresa o participantes ‘obligados’. Valida la compatibilidad de caracteres y formas de trabajar.
- Establece el tipo de comunicación: exige transparencia y sinceridad. Todos somos iguales y tenemos la misma responsabilidad. Cualquiera puede aportar y todas las opiniones e ideas deben ser valoradas.
- Deja claros los métodos: aclara el sistema de trabajo, tipo y estructura de reuniones, fija compromisos y quien hace qué.
- Reconoce y publicita los resultados: el éxito es de todos, agradece la participación.
Teniendo en cuenta estos puntos se favorece la ‘colaboración productiva’ combinación que provoca resultados aún mejores.