Si te responsabilizas de tu actitud—reconociendo que puede cambiar tu manera de vivir, manejándola todos los días, cultivando y desarrollando pensamientos y hábitos positivos—entonces podrás convertir a tu actitud en tu posesión más valiosa. Se podrá convertir en lo que marque la diferencia en tu vida, abriendo puertas y ayudándote a vencer grandes obstáculos.

