Una serie de aplicaciones prácticas permiten alargar la duración de la batería sin recurrir a la conexión eléctrica
La gran ventaja de un portátil, además de su diseño y el poco espacio que ocupa, es su independencia respecto a los enchufes y los lugares fijos. Es el dispositivo idóneo para trabajar en cafés, en plazas, en estaciones de tren o en aeropuertos. Más hoy en día, que se prodigan las redes wifi, los accesos a las redes móviles de datos con las tarjetas SIM y los “pinchos” USB. Ahora bien, todavía hay un factor limitante: la duración de la batería. Una vez agotada, no se podrá trabajar con el ordenador por muy portable que sea. Este artículo propone varios consejos para alargar el momento en el que la pila indicadora del nivel de batería se queda en rojo.
Algunas de las estrategias para alargar la batería de un ordenador portátil se refieren a los cuidados del hardware, es decir, del aparato en sí. Otros, en cambio, tienen relación con el tipo de programas que se usan cuando se está lejos del enchufe y el modo en que se navega.
Trucos de hardware
- Las pantallas, al mínimo brillo posible. El brillo de las pantallas implica un consumo muy elevado de energía, sobre todo, en el caso de las LCD retroiluminadas, por lo que no conviene tenerlas al nivel máximo, ni siquiera cuando se está en ambientes oscuros. Un valor medio puede ser más que suficiente. Si se permanece en un local con diferentes iluminaciones, conviene optar siempre por la menos oscura.
- Usar el cursor táctil en lugar de un ratón USB. Los ratones USB, aunque en ocasiones son más ergonómicos, suponen un consumo importante de batería. Es preferible usar el cursor táctil cuando se necesita que el portátil esté encendido más de tres horas y evitar tener conectados a los puertos USB cualquier periférico. Aunque no estén encendidos, suponen un consumo. Lo mismo sucede con las tarjetas de memoria.
- Tener desactivadas todas las opciones de conectividad posible. Hay que evitar la conexión Bluetooth, debido a su alto consumo. También se debe procurar tener apagado el conector a las redes wifi, a no ser que se tenga que navegar. Si se trabaja en documentos, se aconseja tenerlo apagado hasta que deba usarse. Entonces se navega y se vuelve a apagar. El conector wifi es, junto con la pantalla, la mayor fuente de gasto de un portátil.
- Usar fondos de pantalla de colores monótonos y apagados. Los fondos de pantalla con gran variedad de tonalidades y colores vivos consumen mucho. Lo mismo sucede con las imágenes, que se consideran gráficos complejos. Si se va a trabajar desconectado, es mejor sustituirlos temporalmente por fondos simples y apagados.
- Forzar el apagado temporal de pantalla. Cuando se deja de teclear, transcurre un tiempo hasta que la pantalla pasa a “modo ahorro” de energía y se apaga, en espera de que el usuario reinicie su labor. Lo idóneo es programar el ordenador para que este tiempo sea lo más corto posible.
- Evitar los excesivos calentamientos. Conviene trabajar en superficies planas donde el ordenador se pueda colocar de modo que se ventile por la parte inferior sin obstrucciones. El calor hace al procesador ineficiente y le obliga a consumir más batería para realizar el mismo trabajo.
Trucos de software
- Trabajar con programas sencillos. Si se tienen que escribir textos o editarlos, es mejor usar formatos del estilo TXT que Word u Open Office. La razón es que son muy simples y disponen de pocas opciones, por lo que consumen menos recursos del procesador. Esto se traduce en un ahorro de la batería. Cuando el ordenador esté de nuevo enchufado, se pueden trasladar los escritos a los formatos más complejos y rematar la edición del documento. En especial, Open Office tiene un elevado consumo, ya que trabaja sobre la plataforma Java.
- Evitar abrir documentos en PDF. Es un programa muy complejo y costoso en términos energéticos, similar al del resto de programas de la compañía Adobe. Conviene evitar la apertura de un documento en PDF o dejarlo para el final de la jornada.
- No usar editores de imágenes ni de vídeo. Las imágenes y los vídeos son gráficos complejos que, en general, consumen mucha energía. Los requerimientos de programas como Photoshop o similares suponen un rápido descenso en la energía disponible. Este tipo de tareas se deberían realizar si no se necesita trabajar muchas horas.
- No ver vídeos ni jugar a videojuegos. Estas dos actividades pueden consumir una batería con carga para cinco horas, en menos de dos, ya que son muy exigentes en el plano energético. Si se requiere ver un vídeo, es preferible que sea corto y que se reproduzca en pantalla reducida.
- No usar el ordenador para escuchar música. Se recomienda emplear en su lugar un dispositivo para este fin o el móvil.
- Evitar tener abiertos programas que no se usan en el momento. Sucede con Skype, los mensajeros instantáneos u otros que se inician al arrancar el ordenador y que quedan en un segundo plano. Es mejor apagarlos.
- Mantener el ordenador limpio de software malicioso. Pasar en periodos fijos programas antiespía es la manera adecuada de optimizar la eficiencia energética del ordenador. Muchos se pueden descargar de modo gratuito en la Red.
Trucos de navegación
- Evitar las imágenes y desarrollos en flash. Es preferible navegar con algún programa que bloquee las imágenes en flash y las publicidades, como Flashblock, ya que la tecnología flash es una gran fuente de consumo. Se recomienda navegar por las páginas con solo texto.
- Evitar las ventanas emergentes. Los conocidos como “pop ups” o ventanas emergentes constituyen una fuente de consumo extra que conviene evitar.
- No ver vídeos. Páginas como Youtube u otras similares que permiten descargarse vídeos suponen un consumo elevado de batería.
- No tener demasiadas pestañas abiertas en el navegador. Se aconseja abrirlas a medida que se necesiten y cerrarlas cuando ya se han visto.
- Evitar las videoconferencias y las llamadas por voz IP. A no ser que ése sea el propósito del uso del ordenador. Estas tecnologías son grandes consumidoras de batería.
Efecto memoria en las baterías
Las actuales baterías son de iones de litio y difieren de las anteriores de níquel-cadmio en que carecen del denominado “efecto memoria”. Según éste, cuanto menos se deja descargar una batería, menos capacidad de carga registrará después. Antes ocurría así, por lo que se aconsejaba usar siempre la batería hasta su descarga total y luego recargarla por completo.
Las baterías de iones de litio se pueden cargar y descargar sin que haya merma en su capacidad, si bien a largo plazo, como el resto de baterías, pierden cierto fondo de carga, aunque siempre depende de la calidad de la batería y no del tipo de metales que usa para la transmisión de electrones.