Cómo hacer un baile sensual

A todos los hombres sin excepción alguna les gusta ver cómo baila una mujer. Desde hace siglos, los hombres ven en el baile una de las formas de seducción más efectivas y más estimulantes, y cualquier mujer un poco experimentada es consciente de ello. Sin embargo, no todos los bailes resultan igualmente excitantes para un hombre. La clave está en los movimientos y en el ritmo. Como no todas las mujeres nacieron con el don del baile pero sí con el talento para seducir por doquier, he aquí unos consejos para hacer un baile sensual. Toma nota y practica mucho.

Sedúcelo con un buen baile

En primer lugar, cree en ti. Cuando le digas a tu amante que deseas hacerle un baile sensual, éste va a perder la cabeza, se va a morir de ganas de verte hacérselo. No importa cómo sea tu cuerpo o cuál sea tu personalidad. En pocas ocasiones verás a tu amante tan centrado y tan concentrado en ti. En ese instante preciso, para él no habrá nada más trascendental que tú. Disfrutarás de su atención, de toda su atención, en exclusiva. Ten por seguro que eres una diosa del erotismo. Sin duda, él vivirá ese momento como si tú fueras tal cosa, como si tú fueses la primera y la última mujer que va a ver sobre la faz de la Tierra.

En segundo lugar, equípate adecuadamente para la ocasión. Selecciona con mucho ciudado y mucho mimo qué ropa vas a llevar puesta cuando bailes. Sé astuta y sé audaz. Recuerda qué prendas y qué complementos le gustan en especial a tu amante. Es el momento de fantasear, de jugar a ser una diosa, y las diosas no se tapan en exceso. Siéntete cómoda a la par que seductora. Ambas cosas. Y no olvides que durante el baile deberás deshacerte de todo muy poco a poco.

En tercer lugar, haz que tu amante se siente ante ti, explícale las reglas del juego —una de ellas, eso ya es cosa tuya, por ejemplo, puede ser que tiene terminantemente prohibido tocarte lo más mínimo— y pon música. Esto último es de capital importancia. Selecciona música lenta, sin estridencias y que tú conozcas a la perfección. Has de dominar los tiempos de cada canción. Tienes que estar familiarizada con la música para que tú y ella seáis una única unidad. Tú tienes que ser el centro de atención y no la música.

En cuarto lugar, déjate llevar por la música. No pretendas llevar a cabo movimientos sensuales nada más empezar. Tómate tu tiempo. Muévete tranquilamente. Mueve tus caderas con suavidad de una lado al otro. Cierra los ojos. Siente la música y acaríciate al compás. Recógete y suelta tu pelo como si te masajeases. Estás en el precalentamiento. No hay ninguna prisa. Relájate.

En quinto lugar, acércate a tu amante. Nunca dejes de tener en cuenta el ritmo de la música. Todos tus movimientos deben estar en armonía con ella. Una vez estés muy cerca de tu amante, dale a entender que vas a besarle, pero no lo hagas. Finge que vas a tocarle. Pero de nuevo no lo hagas. Acércate y apártate lo justo y necesario para que casi os toquéis, para que él pueda escudriñar tus formas y sentir tu aroma. A los hombres también se les seduce por la nariz. Deja que te huela. Deja que tu aroma impregne todo su olfato. Mírale. Si has sido suficientemente sutil, podrás ver como te busca literalmente con la nariz.

En sexto lugar, entra en contacto con tu amante. Acaríciale el pelo, siéntate sobre sus piernas, recorre poco a poco sus antebrazos con tus dedos. Y, sobre todo, no pierdas el contacto visual. Mírale como un felino observaría a su presa. Mírale y tócale, pero poco y durante muy poco tiempo. Recuerda que lo que te interesa es excitarle hasta el delirio. Por ello, por ejemplo, muérdele, pellízcale. Haz que sienta que tú eres la que domina la situación y que él no es más que un mero espectador.

A estos seis consejos elementales les acompañan otros que deberían ser de tu cosecha. Crea. Métete a fondo en tu papel de bailarina erótica. Pero, sobre todo, nunca dejes de mover tus caderas de un lado al otro y acércate y aléjate de tu amante lo creas oportuno. Bailar es un arte. El sexo es un arte. Sé una artista.