Cómo hacer un ikebana otoñal

Estamos en otoño aunque no lo parezca por estos lares, aun así vamos a decorarlo como se merece, con un
Ikebana otoñal, ya sabéis que es un arte floral oriental, que comenzó siendo unas sencillas ofrendas florales
para los dioses budistas, volviéndose más complejas en el siglo X cuando añadieron jarrones, bases o
recipientes. Según el primer maestro Ikenobō Senno se podían utilizar flores, semillas, hojas, ramas,
cereales ya fueran vivas, secas o incluso artificiales, y tenían que proceder del mismo lugar, esto ultimo
se ha ido perdiendo con la variedad de escuelas de Ikebana.

Los colores son muy significativos en este Ikebana de otoño, la gama de amarillos, verdes, pardos y rosas
desvaídos, irán construyendo un arreglo floral de lineas sencillas pero muy decorativo, la antigua botella de
cristal, debía ser verde pero no uno cualquiera, uno gastado y con carácter muy apropiado para simbolizar
el verdor que también se consigue en otoño, las hojas secas en diferentes tonos de buganvilia, nos hablan
de la caída de las hojas, de lo etéreo, lo frugal, del paso del tiempo, la diferencia de tonalidades de las
rosas amarillas muestran la evolución, la cara y la cruz, lo nuevo y lo antiguo son rosas de un mismo
rosal, (una más joven que otra, por eso la diferencia de color).

Cuando hacemos un Ikebana buscamos varias cosas, el silencio mientras lo hacemos, relajarnos en
el proceso, dejando que fluyan las ideas y lo creativo que tenemos dentro de nosotros, cuando vamos
añadiendo los elementos en nuestro arreglo se procura seguir unas proporciones, eso si debemos
mantener cierta asimetría, como ya he comentado en anteriores entradas la formación ha se ser en
escalera para visualizar el triangulo Shin-Soe-Tai (cielo-hombre-tierra).

Para realizar fielmente un ikebana las medidas y ángulos han de ser exactos para construir el "triángulo" de
una manera escalonada y equilibrada, también las flores y ramas son elegidas por su forma y por la manera
de interactuar entre si, yo me permito ciertas libertades, solo sigo mi instinto mientras me sumerjo en el
Ikebana, los 3 arreglos que he realizado en total han sido reintrepretaciones libres, en la próxima ocasión
intentaré hacer una siendo lo mas rigurosa posible con las normas de este arte floral tan exquisito.

Si os acordáis de este rincón del despacho veréis que ya esta vestido de otoño, las mantas de lana que lo
abrigan no son de ninguna marca, es mas son únicas y exclusivas, me las hizo mi madre hace un tiempo y
no había tenido oportunidad de lucirlas como era debido, el diseño y la combinación de rosas, azules y
blancos no pueden ser mas actuales! No hace falta vestir el otoño solo de marrones, verdes y tierras,
podemos darle color para alegrar una estación que cada vez me gusta más.

La protagonista indiscutible de este Ikebana es la Hierba Luisa, cada rama tiene un tiempo, desde la más
joven con brotes nuevos y de un verde más claro, a la rama mas adulta con una tonalidad apagada.
BENEFICIOS DE LA HIERBA LUISA: esta es otra planta fantástica llena de beneficios curativos,
sus infusiones reducen el insomnio, aplacan los nervios y el estrés, también es muy eficaz para los
problemas respiratorios en catarros y gripes, es digestiva y adelgazante, la infusión se puede añadir
a al baño, tiene efectos relajantes.
RECOLECCIÓN DE CEDRÓN O HIERBA LUISA: las flores se recogen en verano y las hojas
antes de la floración, se secan a la sombra y en bolsas de tela en lugar fresco y seco.

Las rosas amarillas además de aportar un color vibrante a la composición, simbolizan alegría, felicidad,
optimismo y abundancia, con todo ello quiero empezar este otoño que no termina de llegar, por eso lo
quiero recibir con tejidos de colores vivaces, de texturas agradables al tacto pero sobre todo confortables
y eso siempre nos lo da la lana.