Ahora que hace buen tiempo apetece muchísimo salir a la calle a dibujar y pintar. Sentarse bajo la sombra de un árbol a dibujar el paisaje es un lujo que está al alcance de todo el mundo (y relaja muchísimo). También es una buena manera de entretenerse mientras viajamos hacia el destino de nuestras vacaciones, por no hablar de que pintar entretiene a los niños como pocas cosas en esta vida. El DIY de hoy está dedicado a todos los artistas :)
Mi técnica favorita para añadir color al dibujo es la acuarela, no es ningún secreto. Mi caja de acuarelas tiene un formato especial para poder llevarla por ahí, con un montón de espacios ocultos para hacer mezclas y también incluye un botecito para transportar el agua. Pero a pesar de eso no me gusta nada sacarla de casa. Siempre sufro por si la caja se lleva un golpe, por si se rompe o si las pierdo… También me gusta ser práctica y llevar sólo lo imprescindible para no cargar con muchas cosas. Así que os voy a enseñar cómo hacer una paleta de acuarelas “de viaje”, que cabe entre las hojas de un cuaderno. Es lo que yo utilizo cuando salgo fuera de casa.
Para hacerla necesitamos tres materiales: lápices de colores acuarelables, una hoja de papel de acuarela y un pincel de agua. En la imagen podéis ver los que yo he usado para el tutorial.
Empezaremos preparando nuestra paleta, con una hoja de papel de acuarela. No necesitamos que sea muy grande, la mía es de tamaño A5. Dobla la hoja por la mitad con la parte más texturizada hacia dentro.
Ahora añadiremos los colores de la paleta. Esta es la parte más personalizable :D Si sabes hacer mezclas, te bastará con añadir colores primarios y secundarios. También puedes elegir los colores de la paleta en función de lo que vayas a dibujar (en la mía abundan los verdes y marrones porque voy a salir al parque a pintar árboles y plantas).
Cuando hayas seleccionado los colores, pinta círculos sobre el papel. Aprieta el lápiz bien fuerte para que quede mucho pigmento en la hoja. Cuanto más aprietes y más color quede en el papel, más cantidad de pintura tendrás para dibujar luego. Repite con todos los colores, usando sólo uno de los lados del papel, deja el otro en blanco.
¡La paleta está lista! Coge tu tarjeta con colores, el cuaderno y el pincel de agua y sal a dibujar. También es útil llevar una hoja de papel de cocina para ir limpiando el pincel, aunque no es absolutamente necesario.
Para activar los colores y empezar a pintar, añade una gota de agua sobre cada mancha de color y espera unos segundos.
Ahora puedes usar el color directamente sobre el papel o crear mezclas para obtener otros matices y colores. Para ello, utiliza la parte en blanco de la tarjeta. Haz pruebas con los colores o mezcla dos para obtener otros:
Cuando hayas terminado de dibujar puedes guardar la tarjeta entre las hojas del cuaderno o tirarla a la papelera. Si vas a hacer más de un dibujo, déjala secar antes de cerrarla para que no se mezclen los colores.
¡Espero que os haya sido útil!