El choque cultural visto por un Interim Manager
En estos días de vacaciones pasados, hemos aprovechado para ir a ver una película que se está convirtiendo en uno de los grandes éxitos de taquilla en España: “El origen del planeta de los simios”. La historia nos ha llamado mucho la atención a todos y sinceramente, no sabría decir a quién le ha gustado más; si a mis niños o a mí.
Si bien a los niños, la película les cautivó por ese atractivo que poseen las historias de ciencia ficción, yo tenía gran curiosidad por ver cómo lograban “retorcer” el argumento para enlazar de una manera verosímil con aquella legendaria película de finales de los ’60s, que fue la pionera de la saga y cuya escena final con la estatua de la libertad me impactó poderosamente en aquel entonces.
Sin ánimo de contarles la película a aquellos que todavía no la hayan visto, me ha llamado la atención una de las escenas clave de la película, ya que supone un punto de inflexión en la trama de la misma: el choque entre dos “culturas” (aunque sea la del chimpancé inteligente y la del resto de la comunidad).
Me ha llamado la atención el paralelismo de lo que ocurre en la película con el choque que se produce entre dos culturas y cómo una se impone a la otra. El término choque cultural fue introducido por primera vez en 1961 por Kalervo Oberg
Kalervo divide el choque de culturas en 4 etapas:
1. La primera es la etapa de la luna de miel, que dura unas cuantas semanas. En esta etapa la gente recibe todo lo nuevo como estupendo.
2. Luego viene el choque descrito anteriormente. (ansiedad y los sentimientos de sorpresa, desorientación, confusión, etc.)
3. Después hay un período de negociación en el que la gente trabaja para resolver las diferencias culturales.
4. Finalmente viene la aceptación. Con ésta, la gente se da cuenta de que hay cosas buenas y malas en la cultura, y que es posible trabajar con ella.
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Como bien dice el protagonista “uno solo es débil y al presionarlo, se rompe (como cuando doblas un palito), en cambio muchos juntos somos fuertes y no nos rompemos (el haz de palitos ya no puede doblarse con tanta facilidad)”. Quizás esa sea la metáfora que resume el secreto para lograr que se produzcan los cambios en cualquier organización: ¿cuántos palitos juntos somos capaces de alinear? Y sobre todo ¿cómo vamos a conseguir alinearlos?
Aunque esta historia no tiene pinta de que en las próximas entregas nos vaya a sentar muy bien a los humanos, por lo menos creo que podemos sacar algunos aspectos interesantes de esta situación de choque de culturas y de cambio