Por Aida Baida Gil
¿Te exige demasiado tu jefe/a? ¿Estás saturada, estresada y crees que no te queda más remedio que aguantarte? Te equivocas, hay algo que puedes hacer para mejorar la situación. Hace poco leí un artículo muy interesante de Larina Kase sobre cómo influenciar a figuras de autoridad (“Assertively Lead Up and Influence Authority Figures”). Si tus jefes o supervisores te exigen demasiado, estás saturada o saturado de trabajo y obligaciones y no sabes cómo hacerle ver a tu jefe que necesitas un cambio, Larina recomienda estos diez pasos:
1. Deja claras las prioridades. Por ejemplo “Entiendo que el proyecto A es prioritario y tiene que estar hecho para el viernes; para asegurarme de que es así no podré trabajar en el proyecto B esta semana. Si todavía necesita a alguien para ese proyecto la próxima semana, estaré encantada de encargarme.”
2. Sé directa y no des demasiadas explicaciones. Cuando das demasiadas explicaciones disminuye tu credibilidad y parece que estás a la defensiva o poniendo excusas.
3. Menciona tus resultados previos. Por ejemplo “Los dos estamos satisfechos con mis resultados hasta la fecha y sabes que no soy ningún vago. Si le pongo pegas a esto es porque no quiero aceptar proyectos que no pueda finalizar con éxito.”
4. Pídele ayuda. Te puede sonar extraño pero como dice el refrán “si no puedes vencerlo, únete a él”. Por ejemplo, puedes decir: “Me preocupa que con todo lo que se espera de mi últimamente la calidad de mis resultados disminuya, ¿cómo sugieres que solucionemos esto?” El plural es fundamental, “solucionemos”, así tu jefe te ayudará a encontrar una solución satisfactoria para ambos y será parte de la ayuda.
5. Mantén la calma y plantéale la situación utilizando evidencias. Si vas a discutir una determinada situación lleva pruebas de lo que quieres demostrar y, sobre todo, mantén la calma. No quieres que tu jefe piense que eres incapaz de manejar el estrés o que eres demasiado emocional; es fundamental que mantengas la calma.
6. Sé consciente de tu lenguaje corporal. Mira a tu jefe a los ojos, aunque te resulte intimidante, ponte recta y mantén una expresión seria mientras le comentas la situación. Eso facilitará que te tome en serio.
7. Hazte responsable de la situación y de tu petición. No culpes de la situación a tu jefe diciendo cosas como “me das demasiado trabajo” porque lo pondrías a la defensiva. Mejor toma tú total responsabilidad de la situación diciendo por ejemplo “tengo mucho trabajo”.
8. Muestra empatía con la situación de tu jefe. La empatía es la habilidad más importante para poder influir a otras personas. Tu jefe te entenderá mejor si tú le entiendes mejor a él.
9. No rompas los límites que ya has marcado. Por ejemplo, si le has dicho a tu jefe “hoy me tomaré 45 minutos para comer y solo cogeré llamadas urgentes” y te llama en medio de la comida, no respondas. Si es realmente urgente volverá a llamar, y si no ya te enterarás cuando vuelvas a tu lugar de trabajo.
10. Beneficia a tu jefe. Haz todo lo que puedas para hacerle la vida más fácil a tu jefe. En la mayoría de los casos te lo agradecerá y hará lo mismo por ti.
Llevar a cabo estas técnicas y actitudes te llevará tiempo y práctica hasta que veas resultados, según Larina la clave está en ser consistente y en proyectar empatía, confianza y seguridad en ti misma. ¿Estás haciendo ya algo de esto?
Aida Baida Gil, coach de la profesional, trabaja con mujeres profesionales que quieren ganar seguridad en si mismas, decidir el siguiente paso a dar y conseguir el éxito profesional sin sacrificar la satisfacción personal. Visita www.coachdelaprofesional.com para recibir su boletín semanal con artículos y estrategias para tu éxito personal y profesional.