¿Te has preguntado alguna vez cuanto influye tu alimentación en tu día a día, en tu estado de ánimo, en tu trabajo, en tus relaciones?
Muchas veces estamos tan metidos en nuestra carrera diaria que apenas tenemos tiempo para dedicar a nuestra alimentación y acabamos por comer algo rápido o precocinado.
Otras veces, aunque tengamos tiempo, pasamos temporadas complicadas o difíciles que nos afectan emocionalmente. En estas ocasiones, a veces optamos por en un tipo de comida ( dulces, bollería, comida grasa) que aparentemente nos ayuda a llenar un vacío emocional.
¿Cómo te sentirías si estuvieras todo el día respirando aire contaminado? Seguramente te sentirías cansado y débil y este estado no te permitiría disfrutar de tu vida ni conseguir hacer todas las cosas que quieres. Todo esto repercutiría en tu estado de ánimo y tu nivel de energía bajaría aun más.
Lo mismo pasa con lo que comes.
Lo que comemos está estrechamente relacionado con nuestras emociones y ellas están, de la misma manera, estrechamente relacionadas con el tipo de comida que elegimos comer.
Es un mecanismo que se retro-alimenta y del que a menudo tampoco somos conscientes.
Cómo salir de la espiral Comida - Emoción - Comida
La buena noticia es que cuando nos damos cuenta y nos hacemos conscientes de ello, somos capaces de cambiarlo y de destruir esta espiral que a menudo nos tiene atrapados.
Te voy a resumir en este esquema los 4 pasos principales de este mecanismo para que puedas tener una visión más clara de él.
¿Qué pasa cuando estamos estresados? Una época estresante, causada por una situación dolorosa, difícil o simplemente complicada de gestionar, tiene el efecto de generar un estado de ansiedad emocional.
La es un sentimiento que a menudo está acompañado del miedo, de la angustia y de un estado de nerviosismo y bloqueo.
Cuando este estrés se extiende en el tiempo y no somos capaces de gestionarlo, hace que se acumulen todo tipo de emociones y sentimientos. Se forma un volcán emocional capaz de estallar en cualquier momento.
La presión causada por este volcán hace que, instintivamente, la persona afectada busque una forma para taparlo para evitar que explote y para que la ansiedad no crezca aun más.
Hay personas que para tapar este volcán, empiezan a sentir antojo por algunos tipos específicos de comida y de bebida.
Siendo la ansiedad un estado emocional y siendo la emoción un impulso de energía, lo que pasa es que el volcán emocional sin explotar no es otra cosa que energía bloqueada. Por esto, a menudo sentimos apego por comida muy energética (dulces, bebida con alcohol, hidratos de carbono, comida grasa de todo tipo) para compensar esta energía atrapada en nuestro interior.
Cómo puedes imaginarte, este tipo de alimentos no tienen el efecto deseado en nuestro cuerpo, mas bien al revés. Comer alimentos refinados (bollería, dulces, pizzas) hace que nos intoxiquemos aun más. Ya lo estábamos en el plano emocional y acabamos por estarlo en el plan físico también. Esto hace que nos sintamos aun peor: cansados y desmotivados.
Esta falta de energía nos empuja a buscar otra vez en los alimentos equivocados y esto retroalimenta la ansiedad emocional. El sentirnos cansados, desmotivados, a menudo apáticos hace que tengamos aún menos motivación para cuidar nuestra alimentación, sobre todo si no somos conscientes de lo que está pasando.
Al descuidar nuestra alimentación estamos descuidándonos a nosotros mismos, dejando de actuar en el amor y en el respeto hacia nuestra persona. Esto nos hace sentir aún peor a nivel inconsciente y hace que la carga emocional sea más grande y pesada todavía.
¿Te has visto alguna vez pasando por una situación parecida?
Si la respuesta es sí, ahora sabes cómo funciona este mecanismo y puedes pararlo. ¿Cómo? Dejando de tapar este volcán emocional con comida.
Qué hacer para dejar de comer emocionalmente
Rompe el mecanismo tomándote unos días para ti. Si estás trabajando y no puedes, para por lo menos el fin de semana y tómate estos días de descanso sólo para ti.
Escúchate y reconoce cuáles son estas emociones que acompañan a tu estrés. No pasa nada por sentir miedo o tristeza. Pero si no te das cuenta de lo que pasa en tu interior, entonces será más complicado hacer que estas emociones se vayan.
Vete a un lugar que te guste, donde no conozcas a nadie, apaga tu móvil y tómate un tiempo para escribir lo que sientes. Saca afuera todo lo que está bloqueado dentro de ti. ¡Desbloquéate!
Una vez que hayas quitado fuerza a este volcán, vuelve a organizar tu alimentación.
- Si tienes antojos de hidratos de carbono, elige los integrales y los más nutritivos.
- Siempre nos limitamos a comprar pasta o arroz blanco pero hay muchísimas variedades de cereales.
Prueba la quinoa, el mijo, el trigo sarraceno, el arroz integral. - Descubre nuevas recetas ligeras y saludables para volver a nutrir tu cuerpo de la forma correcta, para volver a tener el nivel de energía justo que necesitas para quitar fuerza a la situación que estás viviendo.
- ¡Remineralízate! Cuando comemos alimentos refinados y grasas animales en exceso, a menudo perdemos minerales esenciales para sentirnos bien y para que nuestro cuerpo esté en equilibrio.
- Empieza a introducir en tu dieta las semillas y las algas.
Añade a tus ensaladas semillas de sésamo, lino, calabaza, chia... Hay muchas y cada una es una fuente importante de minerales.
¿Sabías que elalga wakame tiene una cantidad de calcio mucho más grande que la de la leche? Puedes añadirla a tus o a tus ensaladas. - Compra fruta y verdura de temporada y disfruta combinando colores y sabores en tus platos.
- Aprende a vivir el momento de la cocina como un momento mágico, un momento para ti, para cuidarte, quererte y respetarte.
Te puedo asegurar que en poco tiempo te sentirás mejor y que tendrás la energía y los recursos para enfrentarte y para resolver los problemas que tienes hoy.
Imagen Mujer con un bol de ensalada de Shutterstock