Si eres mujer, seguro que encuentras mil impedimentos diarios para mantenerte en forma y comer sano. Si eres madre, ¡aún más!
Es importante, sin embargo, incorporar el ejercicio a tu vida, porque además de procurarte un aspecto estupendo, también mejorará tu estado de ánimo y tu autoestima.
Piensa que cada vez que te marcas metas difíciles para ponerte en forma y fracasas en el intento, te sientes peor que antes de empezar. Por ello, creo en establecer metas razonables y convertir el ejercicio en algo orgánico, cambiante, pero siempre presente en tu vida, en lugar de algo que se hace sólo después de navidad y antes del verano.
Para tener éxito en este campo, lo mejor es pensar menos y hacer más, por poco que sea y convertirlo en hábito, al igual que lo es cepillarse los dientes.
Cuando era muy joven tuve un trastorno alimentario que convirtió el comer o el no comer y el hacer ejercicio en una obsesión. Afortunadamente con los años he conseguido convertirlo en un placer y además ingeniármelas para mantenerme en forma durante las exigencias de la vida, trabajo, embarazos, post-partos, la maternidad y mucho más.
Lo que me ayuda:
- Marcarme metas razonables. Practico alguna forma de ejercicio tres veces por semana, cuando me es posible. El quid de la cuestión es convertirlo en una forma de vida. Tres veces por semana toda la vida está muy bien. Mucho mejor que ir al gimnasio todos los días durante dos meses y no volver en dos años.
- Adaptarme a las circunstancias. Siempre he sido corredora, pero cuando me quedé embarazada de mi hija mayor pasé a la natación. Cuando la niña nació, la paseaba por toda la ciudad durante sus siestas. Y cuando tuve a la segunda, montaba en bicicleta con las niñas sentaditas (o dormidas) en un trailer.
- Entiendo que el principal equipamiento para estar en forma es el deseo de hacerlo. Caminar, nadar, correr, Pilates, el yoga y otros deportes no precisan de equipamiento. Lo importante es hacerlo.
- Cuando vivía en una ciudad, caminaba a todas partes, ya fuera sola o bien empujando el cochecito de mi hija o mis hijas. Ahora que vivo cerca del mar, conduzco hasta la playa y camino ahí. ¡Es gratis!
- Ahora que mis hijas tienen 9 y 6 años, también considero ejercicio jugar con ellas al squash, nadar o incluso jugar al Wii-Fit que es muy divertido para las tres cuando hace mal tiempo.
Si tienes alguna otra sugerencia, ¡no dejes de compartirla!
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