Se trata de que el nuevo material tenga un pequeño protagonismo aquí y allá, no de revestir superficies enteras con él, esa es la mejor forma de introducir el dorado en una decoración nórdica.
Podría extrapolarse a cualquier otro color, estampado o material que nos gusta. Nada de utilizarlo en grandes superficies o muebles grandes, lo mejor si somos muy fans del color dorado, es hacernos con pequeños objetos o accesorios que sean una mezcla de éste acabado con otro material o que estén hechos solo de metal y no sean piezas grandes, de lo contrario caeríamos en el exceso y se traduciría en una decoración recargada y exagerada.
Este piso en Estocolmo de 64 m² es un buen ejemplo a seguir. Sobre una base blanca prácticamente monocroma y con detalles de madera clara en algunos de los muebles, el color dorado es protagonista en pequeños accesorios como portavelas, lámpara, maceta, espejos, marcos, pequeños boles y también forma parte de un par de piezas de mobiliario como las patas de las mesas nido del salón o la pequeña consola del recibidor.
Como veis, nada de excesos, el color oro y latón se ha introducido en su justa medida para crear un poco de contraste con el blanco. Esta combinación es muy elegante y suele verse mucho en decoraciones de estilo nórdico moderno con un matiz clásico y sofisticado. ¿Qué os parece? es sencillo y no tan costoso ¿no? que tengáis un día estupendo!
Vía: Esny