El juego no sólo divierte al bebé sino que tiene que ayudarle a aprender y a fomentar la imaginación. Los niños juegan porque les divierte, por eso es labor de sus padres que lo divertido les ayude a aprender, a comunicarse, a ganar confianza, a ganar destrezas, a relacionarse y aprovechar el juego. 
Desde que nacen, los bebés necesitan estimulación y respuestas, por eso pueden aprender todo esto riendo, cantando y compartiendo actividades.
Con bebés de hasta dos años de edad, se puede decir su nombre y aplaudir para que vean de dónde procede el sonido, amarrar objetos con cucharas cerca del bebé cuando esté acostado para alcanzarlos y sostenerlos, jugar a juegos con palabras cuando aprenden a usar el lenguaje, cargar al bebé y nombrar objetos, contar historias al bebé con una muñeca, dibujar en la arena, mostrar animales al bebé y haciendo el sonido del animal, comprar juguetes especiales para el bebé según su edad y mucho más.
Sobre todo los juegos de ducha, los de diversión, los juegos con los padres, las canciones y juegos de cantar, los sonajeros y los juegos de cada edad. Lo importante es que el bebé se divierta, se ría y aprenda.
Otras opciones, cuando van creciendo pueden ser utilizar una pelota suave para tirar, juegos con los dedos de manos y pies, juegos de buscar la taza y la nariz, juegos de aplausos, cajas de diversos tamaños para aprender, cuentos, juegos de memoria y juegos conforme pasa la edad.
Los juegos de los bebés deben ser con materiales seguros, de pocas piezas y piezas grandes, que no sean tóxicos ni puedan tragar sin querer. Lo importante también es su seguridad, así que los bebés no deben tener a su alcance cosas que les puedan perjudicar.
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