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Cómo la escritura puede convertirse en tu mejor terapia

Por Coach2coach @Esther_Roche
Lorena-Molinero-MindfulnessLorena-Molinero-Mindfulness

Si fijas la vista tiempo atrás, cuando en el instituto la profesora de literatura tenía la osadía de preguntar a qué personas de la clase les gustaba escribir, seguro que recuerdas la misma situación que yo: nadie levantaba la mano, y todo el mundo agachaba la cabeza y se miraba de reojo.

La pregunta que quizás rondaba por tu mente era: ¿seré el único al que le gusta escribir?

Otra que puede que asomara es ¿por qué nos parece un aspecto de nosotros mismos a ocultar?

Y, la verdad, no es nada raro. A todo el mundo (por lo general) le gusta escribir, ver reflejado en un papel lo que piensa o lo que siente.

Mucha gente opta por el diario personal, ese amigo fiel que siempre escucha y nunca juzga. Yo misma tuve uno en el que despotricaba sobre los compañeros que me hacían bullying, por ejemplo.

Era mi aliado y mi confidente. También volcaba en él mis pensamientos profundos de la vida y hablaba del CDMS. Eran las siglas de “Chico De Mis Sueños”, así si alguien leía furtivamente mi diario no sabían a qué o a quién me refería.

Escribir es bueno para la salud y está demostrado

Por si no fuera bastante obvio que escribir nos relaja y nos permite ordenar nuestros pensamientos, ahora la ciencia apoya esta idea. En 2005 la revista Advances in Psychiatric Treatment publicó un artículo titulado “Emotional and physical health benefits of expressive writing” en el que destacaba que dedicar un poco de tiempo cada a escribir provoca beneficios para la salud física y mental.

Pero en realidad no hace falta recurrir a la ciencia para entender esto: cualquiera que haya tenido un rato libre y un problema en su vida ha tenido la tentación de escribir sobre ello, para sí mismo o para que lo lea otra persona.

También es verdad que hoy por hoy estamos tan sobre-estimulados con la tecnología, que apenas sabemos hacer una letra decente cuando cogemos el bolígrafo.

Estamos acostumbrados a lo digital, a lo inmediato y a lo fugaz. Por eso, se considera tan beneficioso parar de vez en cuando para sentarnos tranquilamente frente a una pantalla en blanco analógica: la del folio.

Puede parecer una locura, pero a muchas personas le costará. Primero por la falta de costumbre de usar las manos para la escritura (y al poco tiempo causará molestias físicas). Y segundo porque le generará cierta ansiedad que todo vaya tan lento.

Desengancharnos de la tecnología para conectar más contigo mismo, reconocer tus pensamientos en un papel y volcar tus emociones sin mesura va a ayudarte a liberar el estrés, entender mejor tus procesos mentales e incluso, bajará tu presión sanguínea.

Cómo la escritura puede convertirse en tu mejor terapia
Cómo la escritura puede convertirse en tu mejor terapia

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Decía Ernesto Sábato que nadie empieza a escribir un libro sin pretender escribir el Quijote. Quizás esto nos parezca demasiado exagerado, pero podemos admitir que siempre que escribimos lo hacemos por algo.

Existe una motivación oculta detrás de cada artículo, cada página o cada nota que escribimos. Como todo en esta vida, siempre tiene un trasfondo.

¿Quién no ha pensado en publicar un libro? ¿Quién no ha escrito para enamorar a su amado/a? ¿A quién no le gustaría ganar el Premio Nobel? ¿O simplemente poder desahogarse de todo lo que lleva uno dentro?

Sea cual sea el objetivo que tengas, parece que escribir nunca es algo negativo.

Si al releer no te gusta, pues lo borras.

Pero si buscas desahogarte, nada mejor que escribir. Así, sin pensarlo demasiado, como de forma automática.

Contar lo que sea, como sea, dándole forma de historia o simplemente como pensamientos sueltos… ¡Es muy terapéutico!

Escribir es una terapia (y puede que la mejor)

Abrir un blog, escribir a máquina o con boli y papel. Cualquier opción es buena si se trata de soltar lo que llevas dentro.

Si los psicólogos recomiendan hablar como terapia, ¿qué mejor que escribir? Hablar contigo mismo usando el don de la palabra te permite usar toda tu sinceridad sin que nadie pueda juzgarte por nada.

De modo que no te lo pienses dos veces. Tus preocupaciones, tus pensamientos más profundos, tus dudas y tus miedos… Déjalo todo en el papel.

Además, se trata de un método perfecto para el auto-conocimiento. Créeme, darte tiempo y sentirte pensar va a ser muy útil para conocerte mejor.

Podríamos decir que la escritura puede trabajarse como un ejercicio de mindfulness, ya que vas a poner todos tus sentidos en esta tarea y te concentrarás además en el momento presente mientras escribas.

Una vez hayas volcado todo sobre un folio, serás capaz de verlo desde una perspectiva más elevada, con mayor capacidad de discernir ya que la emoción, ha sido gestionada mientras escribías aquello que te perturbaba.

Y entonces… ¡Puedes ser más objetivo! Te has liberado de la sensación desagradable y puedes pensar en buscar soluciones a tu problema, alternativas o simplemente, encontrarle sentido a la situación que estás viviendo.

Desde luego, habrá personas a las que le funcione de maravillas, y otras que necesiten algo más de tiempo para pillarle el gustillo.

Si eres de las primeras, ¡enhorabuena! Has encontrado una forma sencilla de eliminar el estrés de tu vida y gestionar mejor tus problemas.

Si no te funciona escribir, ¿qué pierdes por intentarlo? A nivel de salud, al menos, te vendrá bien dedicarle un rato de vez en cuando.

Quién sabe si el día de mañana consigues recopilar alguna historia, tu propia biografía o un libro que ayude a las personas de todos tus escritos. ¡Ojalá y te vea en los estantes de las mejores librerías algún día!

Entonces si lo intentas, no pierdes nada, pero puedes ganar mucho, ¿no te parece? ¡A escribir se ha dicho!


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