En un artículo del 21 de
septiembre en este blog, que también fue publicado el mismo día en El Correo,
los autores cuentan “cómo
Noruega no dejaría de lado a los jóvenes”. Pues Noruega tampoco deja de
lado a los países pobres, en este caso Guyana.
Guyana, antigua colonia inglesa, es un país sudamericano a la costa
atlántica de Sudamérica. Tiene como vecinos a Venezuela, Surinam y Brasil. Es
muy extenso: 215.000 km2, pero con tan
solo 800.000 habitantes, concentrados en el litoral donde vive el 90% de la
población (densidad de población: 115 habitantes por km2). El 90% de la superficie
del país es bosque, o sea, más grande que Gran Bretaña. Su recurso económico
principal es la agricultura (en gran parte de arroz). Uno de sus mayores
problemas es la emigración: unos 500.000 ciudadanos viven fuera del país. Tiene
un PIB per cápita de tan solo 4.500 dólares.
(Campo de arroz en Guyana)
Quieren cuidar la forestación
como lucha contra el Cambio Climático, cuyos efectos el propio país ha sufrido con inundaciones por
tener una parte de su territorio por debajo del nivel del mar, como los “polders” de los Países
Bajos y de Flandes. Pero piden con toda razón una contraprestación de los
países ricos que son los mayores culpables del Cambio Climático.
Noruega, con 5 millones de habitantes en una superficie de 385.000
km2 (15,5 habitantes por km2), es esencialmente un país montañoso, y también
con muchos bosques. Es un país próspero y rico, con un PIB per cápita de cerca
de 100.000 dólares, con poco desempleo, desigualdad y corrupción en comparación
con otros países europeos. Es rico gracias a sus recursos: el petróleo, energía
hidráulica, pescado, bosques y minerales. Sin embargo es de los que tienen menos
empresas con capital privado. Por ejemplo, el gobierno controla, con el 67% del
capital, la empresa petrolera Statoil (está entre las más grandes empresas del
mundo: nº 103 sobre 2000 en el ranking de Forbes). Pero solo usa un pequeño
porcentaje de los ingresos del petroleo (del orden del 2%) para gastos sociales
y el resto lo invierte como prevención para cuando se agoten sus reservas
petroleras. En Noruego casi todos los servicios son públicos y por lo tanto baratos
o gratis: la televisión, las telecomunicaciones, Internet, la radio, el
ferrocarril, y la educación de los jóvenes…
("La Rueda de la Vida": Escultura en el Museo Vigeland, Oslo)
Noruega no está en la Unión
Europea pero firmó en 1994 un Acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo. No
está en la UE porque el pueblo noruego no quiso. La razón: tendrían que donar
de sus recursos económicos a países europeos más débiles pero que no tienen la
misma filosofía social que los noruegos. No quieren sacrificar su calidad de
vida. Tienen petróleo, pero no son energéticamente tan dependientes del “oro
negro” como muchos países europeos, porque prácticamente toda la energía eléctrica
que consumen es hidráulica, de la que actualmente tan solo el 60% es explotada.
Y a pesar de tener menos horas de sol, tienen una fuerte industria de energía
solar.
Pero en la lucha contra el Cambio
Climático, que es un problema global, los noruegos son solidarios a nivel
mundial, con países que lo necesitan y no tienen recursos económicos. Su
alianza con Guyana es un ejemplo.
“Cruelmente, las comunidades más vulnerables y los países más pobres
del mundo son los que más sufren por el cambio climático, a pesar del hecho de
que han hecho casi nada para causar el problema. Sin embargo, si el clima debe
ser estabilizado, los países en desarrollo de hoy en día tienen que llevar al
mundo a una solución - y como se ha hecho hincapié en este capítulo en otros
lugares, no hay solución al cambio climático sin detener la deforestación”,
dice Bharrat Jagdeo, ex Presidente de
Guyana, en un artículo en
Insights, un blog de la OCDE, y que lleva el título “Guyana y Noruega muestran como la acción
climática puede dar resultados”.
El artículo es parte de una serie “En
mi opinión” escritos por autores prominentes sobre asuntos tratados en el “Informe de la Cooperación para el Desarrollo – 2015 - Convertir las
alianzas en coaliciones eficaces para actuar”, cuyo
resumen se puede leer aquí.
El autor cuenta cómo el Cambio
Climático ya causó sufrimientos en Guyana, su país. En 2005 inundaciones causaron daños equivalentes al 60% del PIB
en Guyana, pero sus ciudadanos
no solo quieren quejarse, están también dispuestos a actuar.
Da la casualidad de que esta semana,
del 21 al 28 de septiembre, está teniendo lugar la Semana del Clima en la ciudad de
Nueva York organizada por la entidad no
lucrativa Climate
Group que reúne a personalidades con influencia global del mundo de los
negocios, los gobiernos y la sociedad
para poner en común su visión de una economía baja en carbono que traiga
prosperidad para todos; la innovación que lo está dando forma; la revolución de
la energía limpia que lo está potenciando; y los mecanismos financieros que lo
están haciendo posible.
Noruega y Guyana son un excelente ejemplo de cómo, practicando la solidaridad, se puede contribuir a los objetivos de la lucha contra el Cambio
Climático.
Revista Coaching
Cómo la solidaridad entre los países puede contribuir a la lucha contra el Cambio Climático: el ejemplo de Noruega y Guyana
Por FundaciÓn Novia SalcedoSus últimos artículos
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