Con sinceridad, poniendo su alma al descubierto, así nos habla Antonio Muñoz Molina desde su ultima obra Como la sombra que se va. Un libro que se suma a la moda reciente de no ficción novelada y que combina con maestría tres tramas muy diferentes en forma y fondo que podrían cada una por separado mantener el interés de principio a fin. Saltos temporales y espaciales nos animan a realizar una viaje de Granada a Lisboa y luego hasta Memphis, pasando por Madrid, siguiendo de la mano de este maestro la evolución de su personal manera de enfrentarse a la escritura. En el centro de la historia está
James Earl Ray que el 4 de abril de 1968 asesinó en Memphis a Martin Luther King y que se escondió en Lisboa entre el 8 y el 17 de mayo con la intención de lograr un visado que le permitiera huir a Angola o a Rodesia. Un relato fascinante reconstruido a partir de los escasos datos que se conocen de esos días. Paralela a esta huida está la de Muñoz Molina que en 1987 se escapa dos noches a la capital lusa, dejando en casa a su esposa y a sus dos hijos, uno recién nacido. No nos ahorra su autocrítica tanto respecto su quehacer literario de aquellos años de iniciación como la crudeza del examen restrospectivo de su comportamiento personal. En estas dos noches en Lisboa respira y beve la inspiración para terminar su novela Un invierno en Lisboa, que le valdría el salto definitivo en su carrera.La tercera cuerda argumental es su historia de amor con Elvira Lindo, su actual esposa. Que acabará acompañándolo a Mémphis para descubrir las flaquezas del tercer protagonista de esta historia, Martin Luther King.
Publicado en La Voz de Galicia