Un padre desesperado y harto de mantener en casa a su hijo “nini” (ni estudia ni trabaja), ve la ocasión de “solucionar” su problema al encontrarse con un viejo conocido suyo y le pregunta: ¿Sigues siendo vicepresidente en aquella empresa?
Si, ¿por qué?
Verás, es que mi hijo no es capaz de terminar la carrera y quiero que se vaya curtiendo y empiece a ganarse la vida.
Si quieres te lo enchufo.
El sufrido padre vio el cielo abierto al escuchar esas palabras.
Me parece muy bien, pero algún puesto humilde, para que empiece y aprenda a valorar el trabajo y el dinero.
Bueno, puede entrar como director general. No tiene que saber hacer nada, solo venir cuando yo le diga y decir un par de tonterías. 15.000€ mensuales más gastos, más bonos. ¿Te parece bien?
No sé…, es mucho dinero y un puesto muy alto. Dale algo más simple.
Subdirector general. Tiene que quitarle las faltas a los informes que le pasen, y alguna otra bobada. 9.000€ mensuales, más bonos bimestrales, más comida y viajes.
¿Estás loco? Algo más humilde. Ten en cuenta que acaba de comenzar. Ya sé; gerente. Un par de órdenes diarias y ponerse a gritar a los empleados. 6.000€ mensuales, más bonos, más viajes.
No sé, algo más básico.
Puede ser jefe de zona. 3000€ al mes más bonos bimestrales, y lo que tiene que hacer es: Nada, alguna que otra llamada por teléfono y hablar con algunos visitantes de vez en cuando.
No, no. Quiero que aprenda a valorar las cosas. Algo más simple aún.
Ya. Te lo pongo de jefe de departamento. Solo tiene que hacer lo que le pida el gerente, dárselo a los empleados y ponerlos a currar.
Cobrar 1.500€ al mes de 9 a 5 de la tarde. ¿Qué te parece?
¿Y algo más básico?
Lo único que tenemos es administrativo. Pero ellos tienen que manejar muchas herramientas financieras, informáticas y de proyectos. Pelear con los jefes, Project leaders, los DBA y los usuarios. Hacer horas extras sin cobrarlas y trabajar como un burro para que los demás nos llevemos los laureles. El sueldo es de 1.000€ al mes, sin extras, y trabajar duro de 8 de la mañana a 9 de la noche, con media hora para comer, y si no termina el trabajo se lo lleva a casa.
Algo así le vendrá bien al condenado. Así aprenderá a esforzarse.
¿Puede empezar ya?
¡Imposible! Tiene que ser titulado, hablar inglés y francés fluidamente, tener algún master y, además tener mucha experiencia.
Decía Benjamín Franklin:
Es tan vana la esperanza de que se llegue sin trabajo y sin molestia a la posesión del saber y la experiencia, cuya unión produce la sabiduría, como contar con una cosecha sin haber sembrado ningún grano.