Noam Chomsky
Chomsky opina que la mayoría de las políticas de EEUU contravienen el deseo de la mayoría del pueblo, y se remite al estudio de las actitudes sociales y la política que muestra una correlación entre ellos, informa el portal alternet.org.
“Aproximadamente el 70 por ciento de la población, el 70 por ciento que se encuentra en un nivel inferior en términos de riqueza/ingresos, no tiene ninguna influencia sobre la política”, dijo.
El crítico explica que a medida que algunos avanzan en la escala de riqueza/ingresos, obtienen un poco más de influencia en la política, de tal forma que, al llegar a la cima -explica- “una décima parte del uno por ciento obtienen básicamente lo que quieren, es decir, determinan la política“.
“Así que, el término apropiado para eso no es democracia, sino plutocracia”, concluye Chomsky.
Plutocracia es una síntesis crítica que se hace a la democracia, al sufragio universal y al parlamentarismo, pudiendo enunciarse como un sistema de gobierno en el que el poder lo detentan quienes poseen las fuentes de riqueza. La plutocracia, después de haber destruido el poder real por la fuerza bruta con disfraz de democracia, ha comprobado y reducido a la nada esta democracia. El dinero es el que habla, el que imprime, el que radia, el que reina, y los reyes, lo mismo que los jefes socialistas, tienen que acatar sus decretos y aún, por extraña paradoja, que suministrar los fondos para sus empresas y garantizar sus utilidades. Ya no se compra a la democracia: se la embauca.
Suele incluirse como un tipo de oligarquía en su visión clásica promovida por las experiencias en algunas ciudades griegas y ciudades-estado de Italia medieval (Génova, Venecia y Florencia). No hay que confundir la plutocracia con sistemas donde el ejercicio de la ciudadanía está vinculado a una riqueza mínima, correspondiendo en hecho a un supuesto interés para la colectividad, por ejemplo, los sufragios censitarios que exigen una contribución mínima a las finanzas públicas (censo). Estos sistemas no son plutocráticos porque las contribuciones no pasan a fomentar un partido.
Chomsky opina que en tales circunstancias las elecciones carecen cada vez más de sentido, ocurriendo en gran medida “como en los países del Tercer Mundo” que -dice- “se rigen por las instituciones financieras internacionales”.
Fuente: Libre Red.
C. Marco