y pienso: "Yo quiero estar ahí", aunque, por supuesto, ya sé que estas fotos, aunque sean reales, no representan toda la realidad de la isla. Pero en fin, que no quiero ponerme ahora a hacer un análisis político y social de tu preciosa tierra, sino a darte ánimos, porque sé que las cosas, ahora mismo, no estarán siendo tan azul esmeralda como ese mar.
He tenido unos cuantos alumnos y alumnas como tú, que son trasplantados desde su país de origen cuando ya tienen hecha su vida allí (me refiero a abuelos y primos, novios/as, amigos/as, estudios, a veces hasta trabajo) y cuando llegan aquí les cuesta aclimatarse, lo encuentran todo raro, la gente fría y antipática, el instituto difícil (más que nada por distinto), la comida insípida y las costumbres aburridas. Pero como a todo se adapta uno, y como en todas partes hay personas buenas y divertidas y cosas positivas, al cabo del tiempo acaban sintiéndose casi como en casa, e incluso llega un momento en el que ya no quieren volver, porque ya han vuelto a echar raíces, y las han echado aquí. A unos les cuesta más, a otros menos, pero al final suele ocurrir así. Y entonces, cuando han decidido que tampoco se está tan mal por España, las circunstancias de la vida (normalmente las necesidades laborales de los padres) los obligan a trasladarse de nuevo y a tener que empezar otra vez en su país de origen o en otro distinto, como te ha ocurrido a ti. ¡Y qué duro es! Dices adiós a esos amigos en los que ya confiabas sin saber si volverás a verlos, a ese instituto en el que ya estabas consiguiendo sacar buenas notas, a esos profesores que te habían cogido cariño, a tu casa, a tu barrio, a todo. No debe de ser nada fácil.
De todas formas, tampoco quiero ponerme sentimental y dramática (esa es mi vena, pero intento controlarla). Estoy pensando que lo más probable es que, como ya han pasado unos días, y como tú eres fuerte, joven, alegre y decidida, quizás a estas horas ya hayas empezado a olvidarnos y estés tan contenta con este nuevo cambio en tu vida. Ojalá que así sea, pero por favor, nunca nos olvides del todo, y cuéntanos de vez en cuando cómo te va.
Te deseo toda la suerte del mundo. Y ahí va un beso muy grande para ti.