Ya sea por un descuido o por desconocimiento, una de las peores cosas que pueden sucedernos con unos frenos de disco es que las pastillas se contaminen con aceite o algún otro lubricante. Esto algo más común de lo que parece y cuando ocurre puede traernos algún que otro dolor de cabeza.
Dado que todas las pastillas de freno del mercado son porosas, tienden a absorber el lubricante, creando una capa impermeable y resbaladiza en la zona de contacto con el disco, reduciendo la capacidad de frenado peligrosamente y convirtiéndose en muchas ocasiones en una fuente de molestos ruidos. Ante esto tenemos dos soluciones. La primera y más sencilla, es sustituir las pastillas por otras nuevas, con el inconveniente del coste, y la segunda es la de intentar recuperar las pastillas para que vuelvan a tener un funcionamiento correcto, cosa que nos llevará algo de tiempo, pero con unos sencillos pasos.
Como recuperar unas pastillas de freno contaminadas
Os lo comentábamos al inicio, las pastillas de freno, al ser porosas, absorben el lubricante, por lo que uno de los pasos más importantes es realizar este proceso cuanto antes, para evitar que se empape la menor superficie posible.
El primer paso que tendremos que realizar, tras extraer las pastillas de la pinza del freno, es limpiarlas con un paño humedecido con alcohol (mejor isopropílico), que nos ayudará retirar el lubricante que pueda quedar sobre la pastilla.
Hecho esto, utilizaremos un trozo de papel de lija de grano fino para retirar la capa superficial de la pastilla que se ha visto afectada, cosa que intentaremos hacer de forma uniforme para no gastar la pastilla más por un lado que por otro. Cuando terminemos de lijar la superficie de cada una de las pastillas, volveremos a pasar un trapo humedecido en alcohol para limpiar todo el polvo y los restos que puedan haber quedado.
Con las pastillas impregnadas con el alcohol que teníamos en el paño, utilizaremos la llama de un mechero sobre la superficie de la pastilla (cuidado con quemarnos!), durante unos 5-7 segundos. Es posible que el alcohol que han absorbido las pastillas pueda producir una pequeña llama... no hay problema, soplamos y volvemos a aplicarle la llama del mechero.Con cuidado, ya que las pastillas estan calientes, limpiamos con un trapo seco las pastillas. El calor ha hecho que el poro de la pastilla se abra y podamos eliminar el líquido contaminante. En este punto, para asegurarnos de dejar la pastilla limpia, también te recomendamos que la laves con un detergente o lavavajillas antigrasa y aclarar bien.
Recuerda limpiar discos y pinzas
Mientras dejamos que se sequen las pastillas, procederemos a limpiar los discos (¡recuerda utilizar guantes para no tocarlos con los dedos!) y pinzas, para lo que lo que utilizaremos un paño limpio que no suelte pelusa humedecido en alcohol. Así evitaremos que, algún resto que pueda haber quedado en el disco o en la pinza, pueda volver a contaminarlas.
Con las pastillas secas y los discos y pinzas limpios, procederemos a montarlas para probar si hemos conseguido recuperarlas. Para comprobarlo, primero realizaremos de forma seguida unas cuantas frenadas fuertes, que hará que la superficie de la pastilla vuelva a coger agarre. Puede que al apretar el freno durante las primeras frenadas las pastillas chirrien bastante, no te preocupes es normal, pastilla se está acoplando del nuevo al disco y desaparecerá con el uso.
Para terminar, como más vale prevenir que curar, os dejamos con un pequeño y sencillo truco para evitar contaminar las pastillas mientras lubricamos la transmisión, uno de los momento más criticos y en el que sucede la mayoria de las veces. Una imagen vale más que mil palabras: